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Actualizado: 12 de julio de 2025
En pos de esa noble dignidad corren todas las almas levantadas, alto el pensamiento, alto el corazón: el estudiante que se afana por conquistarse digno puesto en la sociedad; el mercader que gasta en el trabajo los años mejores de la vida; el menestral que lucha por conseguir vida independiente. El deseo de alcanzarla es la única disculpa que tiene la avaricia.
No había para qué pensar, claro está, en un oficio mecánico ¡antes la muerte! y mucho menos en vivir de la bolsa de un menestral, como su amigo el espadero. ¿Qué hacer, qué hacer? Al cabo de mucho cavilar, sólo dos soluciones quedaron en pie.
No necesitamos decir que se observaban las principales distinciones en el rango de los personajes, y que el militar aparecía vestido de diverso modo que el paisano, y el caballero que el menestral.
Digo muy largas, porque le sobresalian á uno y otro lado, de tal modo, que alcancé á vérselas, aunque me cogia de espaldas, como he dicho. Me quedé parado, observándole, calculé, y por instinto resolví que debía ser M. Guizot. Me llego al menestral, contra el deseo de mi mujer que me tiraba fuertemente del brazo, y le suplico que tenga la bondad de decirme quién era el sujeto en cuestion.
El doctor hijo del Padre de los Maestros había renunciado á su traje universitario é iba vestido como la esposa de un menestral. Así, gentleman dijo ella, como si adivinase sus pensamientos , es imposible que me reconozcan. ¿A quién se le puede ocurrir en nuestra República que una mujer vaya vestida de mujer?
Y la echaron, así como suena, a los quince días de haber nacido en ella, vírgenes sus tiernas carnecillas de esas vivificantes impresiones de que no carecen los hijos del más haraposo menestral: las dulces caricias, los besos amorosos y el blando y providente manoseo de una madre.
Era la canción que el poeta menestral, el amigo de Alberto Durero, escribió en honor de Lutero al iniciarse la gran revolución: y la artista, puesta de pie en la popa, saludando con su sonrisa al ruiseñor, comenzó a cantar: Sorgiam, che spunta il dolce albor, Cantar ascolto in mezzo ai fior Voluttuoso un usignuol Spiegando a noi l'amante vol!...
A menudo se dan objetos que tienen un verdadero valor, por otros que no tienen ninguno, sino el de la moda o el capricho. La sola palabra chic, abreviatura del nombre de un menestral borracho que bailaba el can-can primorosamente, ha producido a todas las industrias parisienses, legítimas e ilegítimas, un número considerable de millones.
Huérfana de madre, vive en poder de su padrastro, menestral rudo y feroz, borracho casi siempre, que maltrata de palabra y obra á la niña, le da mal de comer y la obliga á trabajar de continuo. Hannele llega al extremo de la desesperación, y en horroroso delirio se arroja á un estanque, buscando la muerte.
Palabra del Dia
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