United States or South Africa ? Vote for the TOP Country of the Week !


Según nos decían después del saqueo, en los caseríos inmediatos al tránsito, Almenara, Fuente del Rey, Grañena y otros, no habían dejado ni un grano de trigo, ni un azumbre de vino, ni un puñado de paja. Hasta las medicinas de las boticas y de los hospitales de Jaén fueron robadas, y al propio tiempo, ni un carro ni una mula quedaron en todos aquellos contornos.

Antes comía muy bien, pero ahora me cuesta mucho trabajo conseguir que tome alguna cosa; un triunfo cuesta el que acepte las medicinas. Considérame: estoy muy acongojada, apenas duermo, y vivo en constante zozobra. Don Román vino a verme, y vino también tu amigo don Quintín. Es un joven muy bueno. Me preguntó si en algo podía serme útil y si necesitaba yo alguna cosa.

Lo que yo digo, Nina, es que las cosas son del que las tiene... y las tiene todo el mundo menos nosotras... ¡Ea! date prisa, que siento debilidad. ¿En dónde me pusiste las medicinas?... Ya: están sobre la cómoda. Tomaré una papeleta de salicilato antes de comer... ¡Ay, qué trabajo me dan estas piernas! En vez de llevarme ellas a , tengo yo que tirar de ellas.

Por amor de Benina, más que por el de su madre, se prestaban a tomar las medicinas, a callar y estarse quietecitos, a sudar sin ganas, y a no comer antes de tiempo: todo lo cual no impidió que entre ama y criada surgiesen cuestiones y desavenencias, que trajeron una segunda despedida.

Pero a pesar de todas estas lecturas pasadas y futuras, se figuraba el organismo humano con una especie de conciencia en cada dedo y en cada víscera y en cada humor; y lo de agradecer el estómago, por ejemplo, las medicinas, lo tomaba al pie de la letra.

Hay que decir como antes que miraba desde el lóbrego hueco de un pozo que a cada instante era más hondo. Su respiración fue de pronto muy fatigosa. Suspiró varias veces, oprimiendo sobre su pecho con más fuerza las manos de los dos jóvenes. Teodoro puso en movimiento toda la casa; llamó y gritó; hizo traer medicinas, poderosos revulsivos, y trató de suspender el rápido descenso de aquella vida.

Estábamos sobre el rastro de Lacoste, á quien ya se le habían capturado cuatro acémilas cargadas con víveres, medicinas y otros efectos. A todas horas del día y de la noche salían y entraban en nuestro campamento pelotones de infantería, los cuales se internaban en el monte repartidos en pequeños grupos, buscando al titulado Gobernador de Oriente Eugenio Lacoste.

Nuestros gastos habían subido considerablemente; hubo que pagar a una criada, y fué preciso comprar no qué medicinas muy caras que recetó Sarmiento, y vino de suprema clase para la enferma. Andrés, generoso como siempre, acudió en mi auxilio. No te aflijas, me decía, el tenducho da para mucho. ¡Toma! Y puso en mis manos un rollo de pesos.

Yo acostumbraba á llevarle la comida al monte. En una ocasión mi madre había estado enferma y en la cama algunos días, y tomó algunas medicinas que yo le fuí á buscar.

Mi amigo Fogatier me cederá, tal vez, vuestro auvernés; pero el pobre está muy enfermo, y, para colmo de desgracia, se halla tan aburrido de la vida, que quiere a todo trance morirse. Rechaza las medicinas, y, en cuanto a los alimentos, tan pronto se queja de no tener suficiente, y reclama a grandes voces su ración entera, como rechaza cuanto le dan, y trata de matarse por hambre.