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Actualizado: 16 de octubre de 2025


Componía la expedicionaria flota, á más de la nave Capitana, las llamadas San Antonio, Victoria, Concepción y Santiago; yendo á las órdenes de Hernando de Magallanes entre otros marinos célebres, el maestre Juan Sebastián Elcano, Juan Ginovés, Luís de Mendoza, Juan de Cartagena, Gaspar Quesada y Rodríguez Serrano.

Aunque todavía no se hallan por completo exploradas las islas Filipinas, su fauna malacológica cuenta en la actualidad con 2.500 especies de moluscos marinos y 586 terrestres y fluviátiles, motivando tal abundancia la célebre frase de Kiseluz, consignada en su Manual de Conchiología, de que las islas Filipinas son el paraíso de los moluscos.

Debemos ser obedientes al César, pagar contribuciones y gabelas, ser soldados y marinos para mayor esplendor de esta nación cristiana, que tan mal anda desde que vaciló en la fe: mas nuestro deber de cristianos es antes que los demás deberes.

Antes de él, el mar sólo constituía una cosa á los ojos del sinnúmero de marinos que se deslizaban por sus aguas; gracias á Maury, hoy se le considera persona: todos le reconocen por un exaltado y formidable amigo á quien adoran y quisieran domar. El norteamericano está enamoradísimo del mar. Sin embargo, á cada momento se contiene y se para, temiendo traspasar el límite que se ha propuesto.

Igualmente un monte de durazno, y por sus inmediaciones algunos retazos de monte de sauco y chisca: pero todo ese terreno es tan indefenso como el anterior. Desde esta reduccion á la costa del mar hay tres leguas, y en su orilla han visto abundancia de lobos marinos. Dia 3.

Los marinos de Salomón aguardaban mar afuera a que las bestias se alejasen en busca de comida, y entonces desembarcaban, y con gran prisa iban cargando las bolas de oro, para hacer al día siguiente la misma operación.

El movimiento de buques, de marinos, obreros y mercancías le da al puerto un aire de alegría y un interés que agradan al viajero; y sinembargo no se siente el deseo de permanecer allí por muchos dias, como en Granada ó Sevilla. Se comprende y reconoce el mérito comercial é industrial de Málaga, pero su población y la masa general de sus gentes no inspiran simpatías.

Al siguiente día los náufragos del junco dejaban la aldea de Uri-Utanate, y descendían la corriente del río Durga en una de las mayores y mejor provistas embarcaciones de aquellos naturales. El hijo del jefe y doce de los más hábiles marinos indígenas les acompañaban para defenderlos de los piratas de la costa y guiarlos hasta las islas Arrú.

Toda esta serenidad, toda esta placidez se cambia en agitación y en violencia cerca de la costa, junto al acantilado del Izarra, con sus lajas pizarrosas, negras, hendidas, y sus rocas diseminadas como monstruos marinos entre las aguas. La lucha del mar y de la tierra tiene en estos arrecifes acentos supremos.

El hombre laborioso, al llegar á la costa, fija predilectamente su atención en la vida de los seres del trabajo, pescadores, marinos, en esa existencia ruda, llena de contingencias, muy peligrosa y con poco lucro. Lo estoy viendo mientras se arregla su mujer y visten al niño, pasearse por la playa.

Palabra del Dia

neguéis

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