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Actualizado: 1 de septiembre de 2025


Se conose que el señó, al gorver a casa luego de visitar a su doña Sol o doña Demonios, nos encontraba muy fachas a su mamita y a con nuestros mantones y nuestras batas, como toas las hijas de la tierra.

¡No digas eso, malaje! clamaba la señora Angustias . No tientes a Dió; mia que eso trae mala suerte. Pero el cuñado intervenía con su aire sentencioso, aprovechando la ocasión para halagar al espada. No haga usté caso, mamita. A éste no hay toro que lo toque. ¡Como no le arroje un cuerno!... El domingo era la última corrida del año que iba a torear Gallardo.

"Hace varios días conocí a José Luis Aguirre. Presiento, no por qué, una pasión. Dios quiera que sea la única de mi vida y no se cumpla ese mal augurio de Zoraida. Dice ella que para nosotras sólo puede haber amores desdichados. Lo repite tanto que ha llegado a darme un poco de susto. Además, allí está el recuerdo de mamita.

No protestaba Gallardo . La mamita en la presidensia. Siéntese ahí, mamá, o no comemos. Y la conducía de un brazo, acariciándola con extremos amorosos, como si quisiera resarcirla de los años de infancia vagabunda que habían sido su tormento.

Sus ojos estaban enrojecidos y con profundos cercos obscuros. Las mejillas morenas y el filo de su nariz tenían una brillantez de color sonrosado que delataba el frote del pañuelo. Sebastián, va usté a decirme toíta la verdá. Usté es bueno, usté es el mejor amigo de Juan. Lo de la mamita, el otro día, fueron cosas de su carácter. Usté conoce lo buena que es. Un pronto, y después na. No haga caso.

la tengo..., ..., ¡aquí está!... ¡Mamá..., mamita!... ¿No es verdad que estás aquí?... ¡Responde!, ¡habla!... ¡Dame un beso, por Dios, mamita!... ¡Déjame, papá!... Déjame..., ahora me lo va a dar... ¡Espera un poco, por Dios!... ¡Déjame, papá del alma!... ¡Déjame que me un beso!...

Pero a las pocas semanas de esta vida vertiginosa, en la que ganaba cinco mil pesetas por cada tarde de trabajo, Gallardo comenzaba a lamentarse como un niño lejos de su familia. ¡Ay, mi casa de Sevilla, tan fresca, y con la pobre Carmen que la tié como una tacita de plata! ¡Ay, los guisos de la mamita! ¡Tan ricos!...

Palabra del Dia

passaro

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