Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 30 de abril de 2025
M. Birch transmitió el rumor de la época de haber ido á poder del Ministro Villeroy los papeles del Peregrino, y de haber sido quemados por consideración á España. Llorente dió noticia de algunos documentos existentes en el Tribunal de la Inquisición con motivo de la demanda que en rehabilitación de su memoria presentaron en 21 de febrero de 1612 los seis hijos de Antonio Pérez.
El citado Académico francés M. Mignet, teniendo por base el estudio de Bermúdez de Castro, dispuso además del contingente de papeles conservados en los Archivos de París, que son muchos, contándose los referidos que pertenecieron al de Simancas y los de la Colección importante llamada de Llorente, llevados á Francia por el autor de la Historia crítica de la Inquisición, secretario que fué del Supremo Tribunal de la misma.
Fué administrado espiritualmente por los PP. Franciscanos, y hoy lo es por el clero secular, siendo su párroco en la época á que se refieren estos viajes ó sean los años de 1878 á 1882 el Padre Llorente, quien después de hacer toda la campaña de la primera guerra civil al frente de bravos gastadores isabelinos, dejó las armas dedicándose á espirituales ejercicios, hasta llegar á la administración parroquial de Tabaco, el que le debe, gracias á su actividad y aficiones artísticas, no pocas mejoras.
La opresión del epigastrio se le hizo más ligera, y se acabó de tranquilizar al oír esto: «La noticia no ha de afectarte mucho. ¿Para qué tanto rodeo? Tu tía doña Melitona Llorente ha pasado a mejor vida. Mira la carta en que me lo dice el señor cura de Molina de Aragón. Murió como una santa, recibió todos los Sacramentos y dejó treinta mil reales para misas».
Eso era mucho decir, porque por eso quemaban entonces a los hombres. Llorente, que ha escrito la «Vida de Las Casas» escribió también la «Historia de la Inquisición» que era quien quemaba: el rey iba de gala a ver la quemazón, con la reina y los caballeros de la corte: delante de los condenados venían cantando los obispos, con un estandarte verde: de la hoguera salía un humo negro.
Cuentan que Maximiliana Llorente era una mujer bella y deseosa de agradar, de esas que no caben en la estrechez vulgar de una tienda.
Palabra del Dia
Otros Mirando