Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 19 de mayo de 2025


Con la celeridad de las visiones mentales, que muestran, superpuestas y claras al mismo tiempo, un sinnúmero de imágenes diversas, el príncipe contempló los puertos de la América del Norte visitados en su juventud, colmenas acuáticas en las que se reconcentran todo el trabajo y la riqueza de la tierra; las ciudades monstruosas, interminables, pobladas como naciones, donde la libertad y el bienestar de la vida parecen haber llegado á sus últimos limites... ¡Y estos hombres abandonaban las comodidades de una existencia sabiamente organizada, sus fructíferos negocios, su trabajo ampliamente remunerado, sus inmediatas esperanzas de fortuna, para morir tal vez en el viejo mundo por ideas, sólo por ideas, pues no buscaban nuevos pedazos de terreno ni indemnizaciones!... ¡Y hasta ahora, el vulgo había considerado á su país como el más positivo, como el menos poético é idealista, llamándolo la tierra del dólar!... ¡Luego era verdad que las ideas generosas son algo más que palabras, ya que millones de hombres salvaban los mares para dar su sangre por ellas!...

El almacenero, cansado de esperarlo, pone avisos en los diarios, llamándolo, si es muy amigo de formas legales, pero constatando con dolor, recién, que ignora, no solamente el domicilio del cliente, sino también su nombre y apellido. La duda le asalta y va a ver al joyero que le tasó la prenda, y éste le declara rudamente que no es la misma que le llevó la primera vez sino una imitación.

Para eso había trabajado él, y algo le cosquilleaba la vanidad, la idea de que, con el tiempo, toda Olaveaga, los descendientes de los que le habían conocido descalzo y despechugado, remando en la ría, entregarían las vidas á su sobrino, viéndolo llegar como una esperanza y llamándolo á todas horas «señor doctor».

Y la prueba de que don José Antonio de Areche no jugó muy limpio, que digamos, en el desempeño de la comisión que el rey le confiara, está en que, a pesar de los pesares, su majestad se vió forzado a destituirlo, llamándolo a España, confiscándole la hacienda, y sentenciándolo a vivir desterrado de la villa y corte de Madrid.

Las gentes lo apodan «el queso», por su forma, y algunos especializan llamándolo «el camambert». En torno de su baranda y en los bancos adosados á ella vivía el alma de Monte-Carlo, se encontraban las gentes, cambiando chismes y murmuraciones, pidiendo noticias á los que salían del Casino, comentando la fortuna ó la desgracia de los jugadores célebres.

Palabra del Dia

commiserit

Otros Mirando