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Actualizado: 26 de junio de 2025


Ocupaba aquella mañana la cabecera de la mesa, teniendo a su izquierda a un descendiente de los Incas, llamado don José Gabriel Tupac-Amaru, y a su derecha a doña Micaela Bastidas, esposa del cacique. Las libaciones se multiplicaban y, como consecuencia de ellas, reinaba la más expansiva alegría.

18 y sus presentes y sus libaciones con los becerros, con los carneros, y con los corderos, según el número de ellos, conforme a la ley; 19 y un macho cabrío por expiación; además del holocausto continuo, y su presente y su libación. 20 Y el día tercero, once becerros, dos carneros, catorce corderos de un año sin defecto;

Para aquellos nuestros abuelos, era el rosario por la noche una distracción como otra cualquiera á falta de alguna más variada, y así se explica que antes del devoto ejercicio y durante el tránsito menudeasen mucho las libaciones en las tiendas de montañés, y que los hermanos estuviesen en no pocas ocasiones muy lejos de guardar aquella compostura y devoción que el caso reclamaba.

6 Además del holocausto del mes, y su presente, y el holocausto continuo y su presente, y sus libaciones, conforme a su ley, [por] ofrenda encendida al SE

Culpa del vino, de nuestras exageradas libaciones á los dioses, que hoy han sido sin agua... ¡Mire usted! Y señaló con una gravedad cómica las dos botellas vacías que ocupaban el centro de la mesa. Había cerrado la noche. En el cielo obscuro parpadeaban los infinitos ojos de la luz sideral. La taza inmensa del golfo reflejaba sus destellos como helados fuegos fatuos.

Junto á él comía con apetito el alegre exnovicio, á cuya derecha quedaban tres rudos mozos de labranza. En el rincón más apartado del hogar roncaba un parroquiano, rendido por las frecuentes libaciones á que sin duda se había entregado antes de la llegada de los otros huéspedes.

Acaso por esta razón fueron más animadas las fiestas; y en el último día, cuando la embriaguez llegó a su colmo, dió el cacique rienda suelta a su enojo con estas palabras: Nuestros padres hacían sus libaciones en copas de oro, y nosotros, hijos degenerados, bebemos en tazas de barro.

Cuando le sirvieron el vino, el rústico artista dijo cortésmente: «¡A la salud del señor abade y la compaña!» y, después de echárselo al coleto, aún murmuró con mucha política, pasándose el revés de la mano por la boca: «De hoy en veinte años, señor abade». Las libaciones consecutivas no fueron acompañadas de más fórmulas de atención.

Estas libaciones sagradas fueron frecuentes. Las risas de Freya hacían volver la vista á los ingleses, interrumpiéndolos en su concienzudo trabajo. El marino se sintió invadido por un tibio bienestar, por una sensación de reposo y confianza, como si esta mujer fuese ya suya indiscutiblemente.

17 antes pondremos ciertamente por obra toda palabra que ha salido de nuestra boca, para ofrecer sahumerios a la reina del cielo, y derramándole libaciones, como hemos hecho nosotros y nuestros padres, nuestros reyes y nuestros príncipes, en las ciudades de Judá y en las plazas de Jerusalén, y fuimos llenos de pan, y estuvimos alegres, y nunca vimos mal.

Palabra del Dia

rigoleto

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