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Actualizado: 1 de julio de 2025
Aparte de los dos órdenes de capillas laterales, el cuerpo de la catedral tiene cuatro naves, tres de fondo y una trasversal para formar la gran cruz característica de las catedrales góticas.
Tras las rejas de las capillas laterales estaban enjauladas las gentes de buena posición social, huyendo del contacto con la muchedumbre sudorosa que se empujaba en las naves. En la obscuridad del coro brillaban como una constelación de estrellas rojas las luces destinadas a los músicos y cantores.
Las capillas laterales, los rincones quedaban sepultados en sombra. En el medio de la nave brillaba sobre un grupo de fieles el resplandor azulado que dejaban caer desde la altura las ventanas del cupulino, y a veces, cuando el viento movía las cortinas, resplandecía en el aire una ráfaga luminosa, que iba a posarse en la faz apergaminada de un viejo, o en el rostro de una mujer bonita.
Nuestros señores, al salir de casa por la puerta principal, alzaron la vista para contemplar estas montañas soberanas, iluminadas por un sol que ya empezaba á descender hacia las colinas laterales. La nieve había desaparecido casi totalmente del paisaje. Sólo en las crestas más elevadas percibíanse algunas manchas blancas como de ropas tendidas á secar.
Sin embargo, la gruta se ramifica hasta el infinito en las profundidades del monte. A derecha é izquierda se abren, como bocas de monstruo, las negras avenidas de las galerías laterales.
Y ambos salieron del salón por una de las puertas laterales. Marta volvió a sentarse otra vez en el mismo sitio. Las señoras que se hallaban cerca estaban empeñadas en una conversación animadísima en la cual ella no tomaba parte.
Por los ribazos laterales, con un brazo en la cesta y el otro balanceante, pasaban los interminables cordones de cigarreras é hilanderas de seda, toda la virginidad de la huerta, que iban á trabajar en las fábricas, dejando con el revoloteo de sus faldas una estela de castidad ruda y áspera. Esparcíase por los campos la bendición de Dios.
El centro de la nave lo ocupaba el piquete y la banda de música militar, en correcta formación. A ambos lados, filas de hombres, que miraban al techo o a las capillas laterales, como si no supiesen qué hacer de los ojos.
Algunos canónigos y beneficiados ocupaban sus respectivos confesonarios esparcidos por las capillas laterales y en los intercolumnios del ábside, en el trasaltar. ¡Cuánto tiempo hacía que ella no entraba allí!
Al volverme, mis ojos se fijaron en una puerta: era la puerta de una iglesia. Abiertas de par en par las hojas de madera chapeada, se veía el cancel de mugriento cuero, con dos puertecillas laterales. Una vieja, al salir, puso en movimiento las mohosas bisagras, y al ruido de la herrumbre, un sonido lastimero llegó a mis oídos, modulando aquella voz que a mí me había parecido mi nombre.
Palabra del Dia
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