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Actualizado: 19 de junio de 2025
Pero ¿cómo, cuando la justicia y la opinión públicas ya se calmaban, viendo lógicamente explicado el misterio, podía surgir él otra vez para refutar esa explicación y denunciar el supuesto heroísmo de la joven, la supuesta infamia del asesino que por salvarse dejaba sufrir a una inocente?... Al hacer tal cosa, habría dado la razón a los que le creían amante afortunado de la muerta y celoso rival del Príncipe!
Pero por más que el magistrado creyera que todo era posible en el mundo, no admitía que Zakunine fuera perverso hasta el punto de matar por robar. La suposición que se podía, que se debía hacer lógicamente era otra: Zakunine volvía al lado de la Condesa, no porque sintiese amor hacia ella, sino por la necesidad de la ayuda que pudiera darle espontáneamente.
Y ante la mirada interrogante del príncipe fué exponiendo sus quejas con acento de convicción. Su pérdida tan rápida y completa no podía explicarse lógicamente. Dos semanas ganando, y en unas cuantas horas perderlo todo... ¿cómo podía ser eso?
Además, juntamente con el imperioso mandato que la conciencia le imponía, sintió latir en su alma vacilaciones, engendradas por la sorpresa, sospechas pérfidas, pero lógicamente sugeridas por los celos. La que supuso un ángel era mujer, y nada más; no merecía que el corazón de un hombre la ensalzara, ni que él la adorase, aunque su indulgencia de sacerdote tratara de redimirla o disculparla.
Ningún detalle del camino escapaba a la curiosa observación de Lorenzo y de Ricardo, que en más de un caso prefirieron ignorar la causa o la naturaleza de lo que veían, antes de revelar ante Hipólito la impericia campera que lógicamente padecían...
Creo que va á hacerse soldado; me habló de la Legión extranjera. De él se puede esperar cualquier disparate. ¡Un hombre que gana y huye!... Luego, como si la máquina desarreglada de su cerebro funcionase lógicamente por unos segundos, añadió, con una sonrisa maligna: Doña Clorinda también se ha ido á París.
Dios, realizando la justicia por medio de los sucesos, lógicamente, es el espectáculo más admirable que pueden ofrecer el mundo y la historia. Así es que yo me lavo las manos, y dejo que la lección natural se produzca y la justicia se cumpla. ¿Es esto ser razonable? ¿Es esto ser cuerdo...?».
Charlando con su señora de estas cosas, Benina aventuró la idea de que tal vez por aquel torcido sendero de la boda del mequetrefe, vendría la suerte a la casa, pues la suerte, ya se sabe, no viene nunca por donde lógicamente se la espera, sino por curvas y vericuetos increíbles.
Se dice: Dios no puede querer el mal moral; esta proposicion aunque negativa, lógicamente considerada, es en el fondo afirmativa. Dios no puede querer el mal moral, porque su voluntad está invariablemente fija en el bien, en aquel tipo sublime de toda santidad que contempla en su esencia infinita. La impotencia para el mal moral es en Dios una infinita perfeccion de su santidad infinita.
Esa mujer era una vencida de la vida; quería y debía morir, y él necesitaba estar libre para atender a la obra. He dado la libertad a ambos. Ferpierre hallaba por fin la verdad que había sospechado. Todo se aclaraba ya, todo se encadenaba lógicamente.
Palabra del Dia
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