Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 27 de junio de 2025
Si subía á la superficie, lo confundían con una isla; si permanecía entre dos aguas, los capitanes, al echar la sonda, se desorientaban en sus cálculos, encontrando menos fondo que el marcado en las cartas. En tal caso, había que escapar antes de que despertase el kraken y hundiera la nave, como un frágil esquife, entre sus remolinos de espuma.
Hornero, las «Mil y una noches», han transmitido buen número de esas tradiciones horrorosas, los escollos y las tempestades, las calmas no menos peligrosas en que el navegante muere devorado de sed en medio del líquido elemento, los comedores de carne humana, los monstruos, el leviatán, el kraken y la gran serpiente de los mares, etc.
Los cronistas de la Edad Media hablaban también del pulpo gigante, que en más de una ocasión había arrebatado á hombres, de las cubiertas de las naos, con sus brazos de serpiente. Los navegantes escandinavos, que lo habían entrevisto en sus fiords, le apodaban el kraken, exagerando sus proporciones hasta convertirlo en un ser fabuloso.
Pero después de una lucha de dos horas con su fuerza indomable y su mucosidad resbaladiza, que escapaba á la presa de nudos y arpones, lo habían dejado perderse en la profundidad. Era el príncipe de Mónaco, sumo pontífice de la ciencia oceanógrafica, el que afirmaba para siempre la existencia del fabuloso kraken con los descubrimentos de sus sabias correrías á través de las soledades oceánicas.
Nos hablaba, también, Yurrumendi de esos pulpos gigantescos con sus inmensos tentáculos, que pueden hacer naufragar una fragata; del mar de los Sargazos, en donde se navega por tierra, por verdadera tierra, que se abre para dejar pasar un buque; de los países donde nievan plumas; de los delfines, que tienen esa extraña simpatía mal explicada por los hombres; de las sentimentales ballenas, cuya desgracia es pensar que la humanidad estima más su aceite que su melancólico corazón; de los mil enanos jorobados y extravagantes de las costas de Noruega; de las serpientes de mar que persiguen, aullando, a los barcos; de la araña del Kraken, en el pino de Portland, en Inglaterra, y de ese monstruo terrible del Maëlstrom, cuyas fauces sorben el mar y tragan las imprudentes naves haciéndolas desaparecer en sus gigantescas entrañas.
Mutilado, volvió á caer al mar. No faltó entre ellos quien le viera brazos de sesenta pies de largo. Otros sostenían haber divisado en los mares del Norte una isla movible de media legua de ruedo, que sería un pulpo, el espantoso kraken, el monstruo de los monstruos, capaz de envolver y tragarse una ballena de cien pies de longitud.
Palabra del Dia
Otros Mirando