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Actualizado: 1 de mayo de 2025
Pero tan impuras eran las fuentes en que bebió aquel geógrafo, que se necesita todo el respeto que inspira una gran celebridad para disimular sus errores. Cuando apareció este mapa, la Corte de España empezaba á despertarse de su letargo, y á mirar con menos indiferencia sus posesiones ultramarinas.
Verificado ya el despejo, dijo Doña Blanca: Supongo y espero que, después de tan larga ausencia, honrará V. nuestra mesa comiendo hoy con nosotros. El P. Jacinto aceptó el convite, y Doña Blanca prosiguió: He creído advertir que estaba V. impaciente por hablarme á solas. Esto ha picado mi curiosidad. Todo lo que V. me dice ó puede decirme me inspira el mayor interés. Hable V., padre.
De aquellos amores le habían quedado varias canciones a la luna, en una especie de canto llano que ella misma acompañaba con la guitarra. Una de las canciones comenzaba diciendo: Esa luna que brilla en el cielo melancólicamente me inspira: es el último son de mi lira que por última vez resonó. Se trataba de un condenado a muerte.
No hay campo; no hay esa atmósfera callada, esas brisas sonoras y lentas, ese genio de Italia y de España que nos inspira el olvido del mundo, para hacernos mejores y más felices hablándonos de parte de la naturaleza, trayendo á nuestras esperanzas un saludo de ese espíritu universal que adoramos en nuestra conciencia y en nuestro corazon.
Esto no obstante, el calor les alivia en particular por el dia; se esperimenta, en fin, una necesidad de mover constantemente las partes afectas. Desde que el dolor empieza, decaen las fuerzas, sobreviene el abatimiento, y la sensacion de incomodidad y de angustia que inspira, se eleva hasta la desesperacion; se la cree, por lo menos, insoportable.
Gillespie habló rápidamente al joven vestido de mujer, para convencerse de que vivía cerca de él, en el mismo edificio. Cuando terminen de afeitarme le ordenó suba á mi mesa y conversaremos solos. Me inspira usted cierto interés y quiero preguntarle algunas cosas.
Muy amables, con amabilidad pegajosa y visibles deseos de agradar, pero dando tropezones continuamente por una falta irremediable de tacto, por una voluntad de hacer sentir su grandeza. Los personajes amigos de los Hartrott hacían manifestaciones de amor á Francia: el amor piadoso que inspira un niño travieso y débil necesitado de protección.
Chateaubriand decia muy bien: el mismo bronce, la ruda campana, nos inspira cierta melancolía dulce y religiosa, cierto éxtasis indefinible, cuando es intérprete de los sentimientos cristianos. La poesía cristiana no nos ofusca, no nos arrebata; nos llama, nos atrae, nos acaricia: no nos seduce; nos persuade; no nos alucina, nos duerme.
No me preocupa la política dijo el maestro de capilla ; lo mismo me importan reyes que repúblicas: yo soy un súbdito del arte. No sé lo que la monarquía será en esos otros países que usted ha visto, pero en España noto que es cosa muerta. Se tolera como una de tantas creaciones del pasado, pero no inspira entusiasmo y nadie está dispuesto a sacrificarse por ella.
»Después me reveló el nombre del padre de Juan, nombre ilustre, nombre de uno de los españoles más grandes y más nobles que han honrado á nuestra patria, nombre que no me atrevo á escribir, porque aunque Juan me inspira mucha confianza, una carta puede perderse. »Es necesario, pues, que te pongas inmediatamente en camino.
Palabra del Dia
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