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Actualizado: 12 de julio de 2025
¡Qué ovación!... ¡Gracias, amado pueblo! Pero al volver a encogerse en uno de los mástiles horizontales de carga que servía de asiento a él y a Fernando, ocultándose con modestia detrás de su amigo, redoblaron furiosas las peticiones del público. Dos gendarmes iniciaron un avance hacia él.
Sonó en ese instante la campana de partida; se oyó en toda dirección despedidas en voz alta; la máquina contestó: ¡lista! con su ronco silbato y en seguida resoplaron los cilindros y las bielas iniciaron el movimiento propulsor de las ruedas y el tren, pesado y largo, empezó su suave deslizamiento... ¡Adiós, adiós, Rufino! exclamaron los viajeros asomados a las ventanillas del coche. ¡Adiós!
Creyeron que todo lo que se había adelantado, en 17 años de predicación pacífica, por el Partido Autonomista, iba a ser irremediablemente perdido; y un amigo particular mío, que se hallaba en Madrid cuando los primeros sucesos estallaron, que salió de España muy poco después y regresó a Cuba, hubo de declararme que en una entrevista que tuvo pocos días antes de embarcarse con el famoso tribuno español don Emilio Castelar, este le significó que en Cuba, se había cometido un acto de demencia irreparable, y que los que lo cometían y los que no lo cometían, en virtud de irremediable consecuencia de la solidaridad, verían perturbado el sistema político de Cuba, ya que aquellos sucesos lo harían volver mucho más atrás de donde se encontraba en el momento en que se iniciaron los primeros esbozos de un plan de reformas.
Tras tremenda lucha, en la que los moros iniciaron varias veces la retirada, y cuando no quedaba un solo hombre útil en el champán, Marmolejo fué hecho prisionero por Corralat; admirado este caudillo del valor temerario del castellano, le concedió la vida y la libertad sin exigirle rescate; liberalidad que contrasta con la orden de Corcuera para que Marmolejo fuese inmediatamente decapitado en Zamboanga.
A pesar de esto, los miserables, que eran diez veces más numerosos que nosotros, iniciaron un movimiento hacia la derecha, en dirección de la capillita de San Juan, con el objeto de rodearnos; pero las baterías del arsenal descargaron sobre ellos un huracán de mil demonios, como no he visto otro en mi vida; la metralla se llevaba filas enteras de enemigos.
Pero la madre no abandonaba la idea, o al menos, acariciándola en su mente, con ella se consolaba de tantas desdichas. De la noche a la mañana, viviendo la familia en la calle del Olmo, se iniciaron, sin saber cómo, no sé qué relaciones telegráficas entre Obdulia y un chico de enfrente, cuyo padre administraba una empresa de servicios fúnebres.
Los alemanes iniciaron las hostilidades á estilo antiguo, como si no hubiesen observado nada después de 1870: una guerra de movimientos envolventes, de batallas á campo raso, lo mismo que podía discurrirla Moltke imitando á Napoleón.
Respetaban a Maltrana, temiendo que a última hora resultase el amo de todo. Algunos hasta le iniciaron sus deseos de apropiarse de ciertos muebles de la difunta.
Al sentir el ruido que hacían los peñascos saltando por encima de la maleza y los macizos de árboles, los atacantes se volvieron y quedáronse como petrificados, al principio; mas levantando los ojos hacia arriba y viendo que descendían sin cesar piedras y más piedras, y contemplando en lo alto unos espectros que iban y venían, alzaban los brazos, arrojaban proyectiles y volvían a comenzar la tarea, al ver a sus camaradas destrozados, pues había filas de quince o veinte hombres aniquilados de un solo golpe, un grito inmenso resonó en el valle de Charmes hasta el Falkenstein, y, a pesar de las imprecaciones de los jefes, no obstante el fuego de fusilería que comenzaba a derecha e izquierda, los alemanes iniciaron la desbandada para escapar a aquella horrible muerte.
Palabra del Dia
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