Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 16 de junio de 2025
Con la rápida evocación de las riquezas pasadas, enardecíase don Antolín hasta indignarse.
Y en vez de indignarse por la crueldad con que mentía e intentaba engañar a su mujer, la viuda comenzaba a encontrarlo simpático, viendo en él como una resurrección de su segundo marido, de aquel doctor calavera al que tanto había amado. Si ustedes quieren, las acompañaremos Andresito y yo. Doña Manuela, animada por un instinto pudoroso, intentó excusarse.
Esto lo decía con tanta naturalidad, que Guillermina, por un instante, no supo si indignarse o tomarlo a risa. «Vaya, que las ideas de usted me gustan... Se me figura que marido y mujer allá se van... en sabiduría. Si usted no se desdice al momento en todos esos disparates me voy y no vuelve a verme en su vida más. No se puede tolerar esto...».
He llegado de Brandeburgo, señores, por otro nombre reino de Prusia, en cuyo trono se sienta un hombre que no da dos notas seguras... ¡un hombre que toca la flauta como un principiante!... y le llaman ¡Federico el Grande! ¡Y serán ustedes capaces de indignarse porque el mio amico Farinelli sea ministro!... ¡él! ¡El maestro, el dios de la música sobre la tierra!... ¡él! ¡que debería ser maestro de capilla en el Cielo, que debería cantar con los ángeles si éstos pudiesen comparársele!... ¡El, que ha dicho presentándome a Sus Majestades: Aquí tienen el primer cantante de Europa!
A los pueblos pobres sólo les queda el recurso de callar o indignarse inútilmente, como lo hacen los desheredados ante los detentadores de la propiedad. El pueblo más cobarde del globo, o el más sedentario, puede ser guerrero invencible o conquistador glorioso si tiene dinero.
Así se expresaban los que tenían interés en que continuase en la tierra todo lo mismo, á la sombra protectora de las creencias. ¿Cómo no habían de indignarse los infelices contra una religión que les cerraba el camino de la justicia y el bienestar aquí abajo, para no darles más que la quimérica esperanza de una justicia divina que los ricos pueden sobornar con dádivas á los sacerdotes?
Campo es poeta de impresion; ha recibido impresiones, posee el don de expresar de una manera siempre clara y á menudo elegante sus pensamientos: Campo es lo que puede ser. No hay que indignarse con el pez porque no ande, si sabe nadar bien, ni echar en olvido la fábula de Iriarte, que nos presenta al ganso haciendo de todo un poco, y haciéndolo todo como quien era.
Iban a indignarse al ver que un hombre serio, de mayor edad que ellos y que jamás había intervenido en sus fiestas, se llevaba el objeto de sus alegrías. ¡Ojo, Fernando! Había que mirar con cierto cuidado a esta juventud insolente, de varias nacionalidades, que no tenía motivo para guardarle respeto. La niña va a caer sobre usted como un fardo pesado.
En otro momento hubiera tenido que ver el arranque de cólera de Dupont ante las amenazas y las insolencias de su dependiente. Pero ahora parecía intimidado por la mirada del joven, por el acento de su voz, que temblaba con expresión amenazadora. ¡Hombre!, ¡hombre! exclamó, queriendo indignarse sin conseguirlo, y adoptando una dulzura bonachona. Piensa lo que dices.
La superioridad del dinero no existe realmente más que para aquellos que la reconocen, e indignarse por ella es un modo de reconocerla. Seamos, pues, orgullosos y permanezcamos libres de todo sentimiento de envidia, de adulación y de cólera, le dije besando sus bonitas manos. Luciana sonrió débilmente.
Palabra del Dia
Otros Mirando