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Actualizado: 17 de junio de 2025
Pero como nuestros gobernantes no le conocen y temen una humorada como las de aquel Hombre-Montaña que se enloquecía bebiendo un líquido cáustico, será usted sometido á las siguientes precauciones: »Una máquina voladora irá delante, después de haber enroscado un cable á su cuello. Otra volará detrás, con su cable amarrado á las dos manos de usted cruzadas sobre la espalda. Puede avanzar sin miedo.
Tan inverosímil fenómeno sólo podía explicarse por una humorada un tanto extravagante, y pensando que sería una broma pasajera esperaron impacientes la noche del sábado. Pero el sábado llegó, y continuó el programa iniciado el jueves; es decir, las atenciones de Antoñita, y el visible favor de que Felipe disfrutaba, y su penosa turbación por esa causa.
Luego, poco a poco, te vas lanzando. Lo que más me preocupa es el primer baile; empezar; no sé cómo empezar, hijita; siento una cosa... así... vamos... que no sé cómo empezar. No te preocupes; ya se encargará alguno de allanarte el camino, de iniciar el modo de dar las primeras vueltas. ¿Sabes lo que estoy pensando? Me gustaría bailar el primer baile contigo; que fuera como una humorada tuya.
Alguno encontró en el cuarto del médico un frasco con polvos de quina. Hicimos una poción para los enfermos. De veinte atacados se nos murieron ocho. Ugarte tuvo la humorada de sublevar algunos marineros estando el barco atacado de fiebres. Quería que cambiásemos de nombre a El Dragón y nos dedicáramos a la piratería por el Pacífico. Tuve que arrestar a aquel loco.
El que no puedo menos de citar nominatim es una Magdalena de Correggio, digna de figurar entre las primeras obras de este inmortal artista. Algo más despacio visité el Palacio de Felipe II, ó bien la que era morada principal de los Reyes de España cuando el melancólico hijo de Carlos V tuvo la humorada de hacer á Madrid capital de sus Reinos.
No vale en el día de mañana, para disfrutar pacíficamente la posesión de lo comprado, restregar los hocicos del vendedor con la resellada escritura de legítima pertenencia, que si ante la ley le asegura en la posesión, no es suficiente, sin embargo, para librar al poseedor de un litigio cada semana, en el que, por lo menos, pierda la paciencia, amén de algunos dinerillos que suelen irse en pos, por vía de procuración, asesoramiento y demás adminículos de que es costumbre proveer á todo aquel que tiene la mala humorada de pesar sus derechos en la prudente balanza de Astrea.
Me ayudaréis a elegirlo ... y me lo pagaréis. Hablaba en tono alegre y afectuoso: no parecía la misma criatura desabrida y mal humorada que hemos visto en su hotelito del barrio de Monasterio. Sin duda, todo el mal humor lo reservaba para Salabert. ¡Esto es bueno! exclamó Castro dignándose sonreír levemente . ¿Nos pides joyas a nosotros cuando tienes en tu casa el bolsillo de Salabert?
Levante los ojos el que pasea por estas espaciosas y magníficas calles, lea ciertos cuadros que están expuestos en los almacenes y tiendas de comestibles, y se convencerá de que sólo la negligencia en soltar unos cuantos sueldos, puede tolerar el desacato de que haya pulgas en el mundo. ¡Cuántos millones necesitaria un solo individuo, si la esaltase la humorada de creer en lo que le dice este pueblo volátil, adornado no obstante de tan grandes dotes, abismado no obstante bajo el peso de tantas flaquezas!
Palabra del Dia
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