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Actualizado: 29 de julio de 2025


Por esa época, madama de Maurescamp se ligó con una estrecha amistad con madama de Hermany, dos años mayor que ella. La amistad es la tendencia natural de una mujer honesta, que quiere seguir siéndolo, y que siente el vacío de su corazón.

En ese momento, el sirviente anunció la visita de una señora, y como nuestra amiga se levantara a recibirla, pude ver el libro sospechado; leí el título... ¡Ah! señor, ¿sabéis lo que leía esta honesta mujer, lo que leía así, a escondidas y con el rubor en la frente?... era El Abate Constantín. »¡Ahí está la virtud!

Es asimesmo la buena mujer como espejo de cristal luciente y claro; pero está sujeto a empañarse y escurecerse con cualquiera aliento que le toque. Hase de usar con la honesta mujer el estilo que con las reliquias: adorarlas y no tocarlas.

Porque no tengo a muy honesta señal haberse vuesa merced levantado de su lecho. -Eso mesmo es bien que yo pregunte, señora -respondió don Quijote-; y así, pregunto si estaré yo seguro de ser acometido y forzado. ¿De quién o a quién pedís, señor caballero, esa seguridad? -respondió la dueña.

De otra parte, una muchacha honesta ha sido seducida, deshonrada, ha perdido su virginidad, y el que se la arrebató debe devolverle la honra. Voy a contestarte por lo último, que es lo que me hace más gracia. ¡Qué risa! Hablas de la virginidad como los niños hablan de las hadas o como las personas mayores hablan de tesoros escondidos.

Vos, hermano, idos a ser gobierno o ínsulo, y entonaos a vuestro gusto; que mi hija ni yo, por el siglo de mi madre, que no nos hemos de mudar un paso de nuestra aldea: la mujer honrada, la pierna quebrada, y en casa; y la doncella honesta, el hacer algo es su fiesta.

Tus versos llegarían a irritarme. Desestimamos lo que se nos ofrece con derroche. Y no querrás que tus versos me fastidien ni me enfaden. más avaro de ellos. Además, los versos amorosos no son para publicados en alta voz, ante testigos, que tal vez son criados. ¿No te inspira ningún escrúpulo mi reputación de dama honesta?

"Abrazóle el rey, preguntóle su nombre, y dijo que se llamaba Periandro. Quitóse en esto la bella Sinforosa una guirnalda de flores con que adornaba su hermosísima cabeza, y la puso sobre la del gallardo mancebo, y, con honesta gracia, le dijo al ponérsela: " Cuando mi padre sea tan venturoso de que volváis a verle, veréis cómo no vendréis a servirle sino a ser servido."

Sentía ese estupor de una persona herida por el rayo, en el esplendor de su existencia, en su honor, en su inocencia; la indignación de una mujer honesta públicamente insultada, el temor vago de una catástrofe desconocida, próxima y terrible.

La honesta y casta mujer es arminio, y es más que nieve blanca y limpia la virtud de la honestidad; y el que quisiere que no la pierda, antes la guarde y conserve, ha de usar de otro estilo diferente que con el arminio se tiene, porque no le han de poner delante el cieno de los regalos y servicios de los importunos amantes, porque quizá, y aun sin quizá, no tiene tanta virtud y fuerza natural que pueda por mesma atropellar y pasar por aquellos embarazos, y es necesario quitárselos y ponerle delante la limpieza de la virtud y la belleza que encierra en la buena fama.

Palabra del Dia

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