United States or Comoros ? Vote for the TOP Country of the Week !


Estoy satisfecho de vos por lo tocante á esa dama: pero os mandé además que diéseis una encomienda de Santiago á vuestro sobrino... Es que mi sobrino, no es mi sobrino... , ; ya que es hijo bastardo del duque de Osuna; pero esto no impide que le hayáis dado de mi parte la encomienda que os para él. ¡Inútil! ¿por qué? ¿hubiera despreciado don Juan un favor del rey hecho por mi medio?

Aunque no hayáis acertado por completo, aunque siempre no haya sido tan feliz como suponéis con la indiferencia del duque, es cierto que para es más bien un gran señor que compra el derecho de entrar en mi casa cuando quiere, que un amante. Vuestros ojos penetran en lo más escondido. Y mis narices, que por algo son largas, huelen donde no huele.

, , mentid cuanto queráis le dijo doña Catalina ; pero esta vez me convierto para vos en un tirano. Necesito vengarme, satisfacerme, haceros sufrir tanto como vos me habéis hecho sufrir á ; al menos tendré el consuelo de que no me hayáis burlado de balde, vos que estáis acostumbrado á burlaros á mansalva de todo el mundo.

No puedo dejar de alegrarme, no solo de que hayais juzgado mis razones dignas de vuestra censura, sino tambien de que nada decis á que yo no pueda contestar fácilmente.

Es una gran lástima que no lo hayáis hecho antes. Así tendréis algo en que ocupar el espíritu. Cuando las personas quieren hacer algo, no hay nada como una lechería para pasar el tiempo. En efecto, si se trata de limpiar los muebles, pronto se acaba.

Yo no tengo la culpa de lo que os pasa. ¿Pues quién trajo aquí á ese hombre? ¿Y tengo yo la culpa de que os hayáis derretido como cera? Allá os las compongáis. ¿Os acordáis de lo que me dijísteis ayer en aquella taberna?

Aprovecho esta ocasión para ofrecerme todo entero á vos; después que con vuestra esposa hayáis sido presentado á la corte, el capitán general de la guardia española y yo os presentaremos á vuestra brava compañía de arcabuceros. Gracias, señor conde. Pero me parece que vuestra esposa se acerca.

Dios os lo pague, señor; porque la pérdida de esa carta era una de las cosas que me tenían desesperado exclamó con alegría el cocinero mayor. Ahora, idos dijo el padre Aliaga , y no os olvidéis de volver esta noche á la hora que os he dicho, con ese cofre y con las noticias que hayáis podido adquirir.

Salió Babuco dándole la mano, y le dixo: ¿Es posible, señora, que os hayais tomado tanto trabajo por un hombre que no quereis, y que tanto teneis por que temer? ¿Cómo es eso que no le quiero? replicó la dama: sabed que mi marido es el mejor amigo que tengo en este mundo, y que sacrificaré por él todo quanto tengo, como no sea mi amante; lo mismo que hiciera él, ménos sacrificar á su querida.

ESCIPIÓN. Permitid, amigo mío. No tenemos, en modo alguno, la intención de justificarnos. Nos apresuramos a deciros que tenéis razón que os sobra. MARCIO. ¿Cómo? ¿Para qué hemos venido entonces? ESCIPIÓN. ¡Qué yo! Acaso hayáis venido por gusto de dar un buen paseo. MARCIO. ¡No, no! ¡Hemos venido con el propósito de demostraros!... ¡Es muy extraño todo esto! ¿Confesáis, pues, que sois raptores?