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Actualizado: 29 de mayo de 2025
Las obras que escribió son estas. Expedicion de Catalanes y Aragoneses contra Turcos y Griegos. En Barcelona por Lorenzo Deu 1623 en 4.º La publicó siendo Conde de Osona, que era el Título del Mayorazgo de su Casa. Vida de Anicio Manlio Torcuato Severino Boecio. Se imprimió despues de la muerte del Autor en Francfort por Gaspar Rotelio 1642 en 16. Genealogía de la Casa de los Moncadas.
Quedó contentísimo Andronico de que los Catalanes le hubiesen obedecido, y alabándoles por cartas su puntualidad en cumplir sus órdenes, les hizo saber como los movimientos de Bulgaria con solo la fama de que venia el ejército de los Catalanes se sosegaron.» Esto es lo que dice Montaner; Pero Pachimerio parece que refiere con más verdad la ocasion que tuvo Andronico en este segundo despacho de decir que ya estaba todo sosegado; porque Miguel Paeologo su hijo á persuasion de los Griegos ofendidos, y de los soldados de otras naciones que tenia en su servicio, que como inferiores en número y valor temian á los Catalanes, escribió á su padre Andronico que no queria que Roger se juntase con su ejército, porque temia guerras civiles, y que la insolencia de los Catalanes no la pudiera sufrir, si con la misma libertad que en Asia habian de proceder y vivir, y que Gregorio cabeza de los Alanos estaba con él ofendido por la muerte de su hijo, y que viendo á Roger y á los suyos, sería ocasion de algun gran rompimiento.
Los nuestros despues que admitieron por Capitan general á Tibaldo, y le juraron en nombre de Carlos hermano del Rey de Francia, mantuvieron el puesto de Casandria, sustentándose de las correrias, y entradas que hacian la tierra á dentro, hasta llegar á Tesalónica donde estaba la Emperatriz con toda su Corte, con todas las riquezas y tesoros del Imperio de los Griegos, que esta ambiciosa mujer habia recogido para acrecentar á sus hijos en grave daño de Miguel su entenado, sucesor legitimo del padre.
Los moradores de las aldeas y poblaciones de Griegos de toda la Provincia, sabida la pérdida de su ejército, dejaron sus casas, y sus haciendas, y el trigo que estaba ya para recoger, y peregrinando por reinos vecinos, acrecentaron el temor de nuestra venganza; y dice Pachimerio que entraba de todas parte infinita gente huyendo, y que parecia Constantinopla la espera de Empedocles.
Antes de que definiese Quintiliano al orador varón bueno, perito en decir, ya habían declarado los autores griegos que no era posible ser buen poeta sin ser varón bueno antes. El héroe y el santo tienen perpetua y constante voluntad de bien. El poeta sólo es menester que la tenga cuando escribe.
15 Pero si son cuestiones de palabras, y de nombres, y de vuestra ley, vedlo vosotros; porque yo no quiero ser juez de estas cosas. 16 Y los echó del tribunal. 17 Entonces todos los griegos tomando a Sóstenes, principal de la sinagoga, le herían delante del tribunal; y a Galión nada se le daba de ello.
Lope de Vega, en su Nuevo arte de hacer comedias, se lamenta de la inverosimilitud de que los romanos aparezcan en el teatro con calzas, y el viajero, citado antes, dice expresamente que ha visto en los teatros de Madrid á los griegos y romanos vestidos á la española.
Cuando los godos invadieron la Grecia, se refiere que intentaron quemar todas las bibliotecas; pero un astuto y discreto capitán de los godos hubo de persuadirles de que con las bibliotecas los griegos se hacían afeminados, muelles y cobardes, y que así era conveniente dejarles los libros para tenerlos siempre bajo el yugo. De esta suerte las bibliotecas se salvaron.
Y Aquiles no ayuda todavía a los griegos: no atiende a lo que le dicen los embajadores de Agamenón: no embraza el escudo de oro, no se cuelga del hombro la espada, no salta con los pies ligeros en el carro, no empuña la lanza que ningún hombre podía levantar, la lanza Pelea. Pero le ruega su amigo Patroclo, y consiente en vestirlo con su armadura, y dejarlo ir a pelear.
El enemigo se venia llegando á las murallas de Galípoli y estrechaba á los sitiados, y como en las ordinarias escaramuzas, aunque con mayor daño de los Griegos, se perdia gente de nuestra parte, resolvieron de salir á pelear con todas sus fuerzas, y aventurar en un trance de una batalla su vida, y libertad; consejo que le deben seguir los que no pueden largo tiempo conservar la guerra.
Palabra del Dia
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