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Actualizado: 24 de julio de 2025


Entonces, y en los mismos años, empieza en Inglaterra y España la época notable en que el drama, que se arrastraba lenta y trabajosamente, hace de repente adelantos gigantescos . Muéstranse en el palenque Lope y Shakespeare, no como fundadores del teatro, según se dice por lo común, sino como los que perfeccionan el trabajo de sus predecesores, como los que principian una nueva era, que forma la edad de oro del arte dramático, rodeados de coetáneos de importancia poética, que se dirigen todos al mismo fin, y llamados por su talento á ponerse á su frente, dominan en la escena popular por sus facultades prodigiosas, y la reforman y perfeccionan llevándola á extraordinaria altura.

La gente vulgar no hubiera comprendido lo verdadero en toda su desnudez y pureza, por donde los fundadores de religiones han tenido que velarlo y envolverlo en símbolos.

Los fundadores de las nuevas sectas son de ayer, la Iglesia católica señala la sucesion de sus pastores, que sube hasta Jesucristo; ellos han enseñado diferentes doctrinas, y una misma secta las ha variado repetidas veces, la Iglesia católica ha conservado intacta la fe que le trasmitieron los apóstoles; la novedad y la variedad se hallan pues en presencia de la antigüedad y de la unidad; el fallo no puede ser dudoso.

Sea de esto lo que quiera, sábese de positivo que el único escritor antiguo, que llama á Lope de Rueda y á Torres Naharro fundadores del teatro español, es el célebre Juan de Timoneda.

Clara yacía inmóvil; a pesar de todas sus desdichas, era una bellísima desposada, pero al otro lado de la puerta cerrada con cerrojo, el coronel roncaba con violencia en su lecho improvisado. El pequeño pueblo de Génova, en el Estado de Nueva York, ponía de manifiesto la semana anterior a la Navidad del año 1870, aún más que de costumbre, la amarga ironía del nombre que le dieron sus fundadores.

El corazón se llena de ternura al pensar en esos gigantescos fundadores. Esos son héroes; los que pelean para hacer a los pueblos libres, o los que padecen en pobreza y desgracia por defender una gran verdad. Los que pelean por la ambición, por hacer esclavos a otros pueblos, por tener más mando, por quitarle a otro pueblo sus tierras, no son héroes, sino criminales. Dos milagros

Iba á visitar á España, la vieja y heróica patria de los fundadores de la mía, la patria de mis abuelos, de mi lengua y de todo lo que nutrió mi espíritu en los alegres días la primera juventud.

Los sitios todos que recorrió Tell ínterin permaneció escondido; la capilla donde los fundadores de la Suiza se congregaron, todos esos recuerdos agradables renacen en el ánimo del viajero con toda la fuerza y verdad de un acontecimiento de la víspera.

Yo así lo espero de la rectitud del gran pueblo de los Estados Unidos, donde si hay ambiciosos imperialistas, tambien existen honrados círculos defensores de las humanitarias doctrinas de los inmortales Monroe, Franklin y Washington, salvo que la raza de virtuosos ciudadanos, gloriosos fundadores de la actual grandeza de la República norte-americana, haya decrecido tánto, que su legítima y benéfica influencia esté supeditada por la poderosa ambición de los expansionistas; en cuyo desgraciado y último caso ¿no es más dulce morir que nacer esclava?

Habían visto poderosos monarcas abdicar la púrpura ante sus altares y guardaban en sus relicarios el cetro de Amadeo y la doble corona de Carlos V. Habían dado jefes al mundo cristiano; Padres y oradores a la Iglesia; intérpretes y mártires a la verdad. Los fundadores eran elegidos que Dios había inspirado; sus reformadores, hombres valerosos y entusiastas que el infortunio había instruido.

Palabra del Dia

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