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Actualizado: 20 de julio de 2025
Con lo que se concluyó la acta, que firmaron los Señores del Exmo. Cabildo, de que doy fé: Juan José Lezica Martin Gregorio Yañiz Manuel Mancilla Manuel José de Ocampo Juan de Llano Jaime Nadal y Guarda Andres Dominguez Tomas Manuel de Anchorena Santiago Gutierrez Dr. Julian de Leiva Licenciado D. Justo José Nuñez, Escribano público y de Cabildo. En Buenos Aires, á 23 de Mayo de 1810.
Cuyos capitulos mandan se observen puntual é inviolablemente: y que para que llegue á noticia de todos, se publique esta acta por bando, fijándose en los lugares acostumbrados. Y lo firmaron, de que doy fé. Juan José Lezica Martin Gregorio Yanis Manuel Mancilla Manuel José de Ocampo Juan de Llano Jaime Nadal y Guarda Andres Dominguez Tomas Manuel de Anchorena Santiago Gutierrez Dr.
Llámase, por singular antífrasis, Casa de las Batallas, cuando debía llamarse Casa de las Paces, dado que en ella las pactaron y juraron dos bandos ferocísimos que, durante mucho tiempo, cubrieron á Salamanca de sangre y luto. «Ira odium generat, concordia nutrit amorem» dice una inscripción sobre el arco de la puerta de aquella casa desde el día que se firmaron allí las mencionadas paces.
Después de desembarcar, la memoria admirable de Bautista indicó las personas a quienes tenían que visitar en este pueblo. Eran tres o cuatro comerciantes. Los buscaron, firmaron las letras, compraron los viajeros dos caballos, se agenciaron un salvo-conducto; y por la tarde, después de comer, Martín y Bautista se encaminaron por la carretera de Cestona.
Los contratos que actores y empresarios firmaron á fines del pasado Septiembre, terminan ahora, con las primeras claridades del día que desvanece en la imaginación infantil el encanto brujo de la Noche de Reyes.
Lilí, por su parte, había hecho con ayuda de Miss Buteffull, que estaba en el secreto, un marco de piel de Rusia, con flores de realce; y reuniendo ambos su trabajo, quedó completo el regalo; al pie de este, escribió Miss Buteffull con su mejor letra inglesa: «A su querida mamá en el día de su santo»; y lo firmaron ambos niños, Lilí, Paquito. ¡Oh!
Martí recogió esa idea y redactó entonces, ese monumento de amor y de concordia que se llama: «Bases del Partido Revolucionario Cubano». De regreso de Cayo Hueso pasó por Tampa, siendo aprobadas en esta ciudad las referidas bases, siguiendo a New York, en donde lo esperaba un gran pesar: la carta denostadora que el General Enrique Collazo, por error o ceguedad del momento, le escribiera desde La Habana, y que firmaron con él, otras distinguidas personalidades de la revolución.
Tuvieron presente los Señores deberse obsequiar á los oficiales y tropa de la primera guardia de honor que se ha puesto á este Cabildo Gobernador; y mandaron que por el Tesorero de propios se entreguen á cada uno de los cuatro oficiales un relox bueno, y se repartan cien pesos entre la tropa. Con lo que se concluyó la acta, que firmaron dichos Señores, de que doy fé.
Alcalde de primer voto para que libre las que fueren oportunas en las materias de gobierno ejecutivas, servicio de plaza, y demas que exijan pronto despacho. Con lo que se concluyó esta acta, que firmaron dichos Señores, de que doy fé.
Pocas horas después de su llegada celebraron varias entrevistas misteriosas con gentes adineradas de la población, y a los tres días firmaron, ante notario y como subditos de potencia extranjera, la escritura de compra de un caserón antiguo convertido en fábrica por un industrial que, arruinado durante la guerra civil, tuvo que malvender su hacienda.
Palabra del Dia
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