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Actualizado: 27 de junio de 2025
Y porque importa saber lo que el familiar y doña Guiomar hablaron, y lo que hablaron doña Guiomar y su doncella, de ello se va a dar cuenta en el capítulo siguiente. En que se ve cuán dura tenía la Inquisición la mano, aun para sus familiares, y cuánta fuerza, cuánta virtud y cuánta prudencia doña Guiomar para encubrir sus amarguras.
En suma, doña Mencía se humanó, se apiadó del aislamiento de su cautivo, y, en vez de dejarle comer solo en la torre en que vivía, le convidó a comer a su mesa. Con este trato familiar y diario, doña Mencía dio por seguro que pronto acabarían por desvanecerse las ilusiones algo malsanas que había concebido; pero, por desgracia, aconteció muy al revés de su buen propósito y honradísimo intento.
Por entonces la gente de la vecindad, los tenderos chasqueados y las personas que de ella tenían lástima empezaron a llamarla Doña Paca, y ya no hubo forma de designarla con otro nombre. Gentezuelas desconsideradas y groseras solían añadir al nombre familiar algún mote infamante: Doña Paca la tramposa, la Marquesa del infundio.
Como último toque á su vestido de sirena, tomó algunas algas y se las puso en el pecho imitando, lo mejor que pudo, la letra A que brillaba en el seno de su madre y cuya vista le era tan familiar, con la diferencia de que esta A era verde y no escarlata.
Posábase aquí y allá, a modo de un ave inverosímil y familiar. Se hablaba de él con regocijo, pero sin espanto. El nombre de Teresa de Jesús, la religiosa andante, la garduña de almas, la pícara sublime, reaparecía con frecuencia en los diálogos.
Gaspar de Avila, al contrario, también celebrado por Cervantes, hubo de vivir mucho, aunque sin adquirir por esto lugar importante entre los poetas dramáticos; poco más que medianas son, en efecto, las comedias que de él conocemos, á saber: El valeroso español, El respeto en el ausencia, La dicha por malos medios, Servir sin lisonja, El familiar sin demonio, improvisaciones ligeramente trazadas, sin valor intrínseco ni originalidad: el autor aumenta motivos vulgares dramáticos, de los cuales podían obtenerse otros frutos que él no produce; sólo se cuida de la forma externa de la acción, desatendiendo más elevadas consideraciones.
Ferragut, que había salido para enterarse de la hora exacta de la llegada del tren, se detuvo, al volver, junto á la puerta, sorprendido por la animación con que hablaban las dos señoras en un idioma nuevo. Surgió en su memoria el recuerdo de Hamburgo y de Brema. Sus compañeras hablaban alemán con la dicción fácil de un idioma familiar.
Y este espanto del familiar no era por que le pareciese mentirosa doña Guiomar, que él la hubiera creído aunque ella le hubiera dicho que no había venido al mundo por medio de mujer, sino caída de una estrella; pero espantábale el ver que su castidad iba más y más desmoronándose y deshaciéndose, y que el diablillo del amor con más y más fuerza le abrasaba el alma.
Era tan sólo novedad la exaltación del principio, y un cierto desprecio de los resortes imaginativos y de la psicología espaciada y ensoñadora. Fuera de esto el llamado Naturalismo nos era familiar a los españoles en el reino de la Novela, pues los maestros de este arte lo practicaron con toda la libertad del mundo, y de ellos tomaron enseñanza los noveladores ingleses y franceses.
Era como el espíritu familiar de la Universidad, la Palas Atenea de aquel amurallado recinto del saber; una Palas Atenea vestida de máscara. También la ciencia oficial del establecimiento se envestía, con harta frecuencia, disfraces de mamarracho.
Palabra del Dia
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