Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 29 de mayo de 2025
Usted no le conoce, yo sí: ya me he informado de su carácter y de sus ideas. No sólo es un hombre extravagante é intratable, sino un fanático sin corazón, un hombre feroz, de perversos instintos y cálculos terribles. No: usted no puede seguir más tiempo en manos de ese hombre, que no es su pariente, ni su amigo: que se llama su protector, para hacer de usted una víctima de su orgullo brutal.
De acuerdo con este cálculo, tú te encargarás de la parte filosófica, de la parte razonable de nuestra correspondencia, y yo te proporcionaré un diario novelesco bastante extravagante. No esperes otra cosa. La hipótesis fundada por lo que se refiere al pasado, es falsa, absolutamente falsa para el porvenir.
Una disposición extravagante, mezcla de hidalgo orgullo y amarga ironía, cerraba el testamento del argonauta. Colón, antes de morir, había instituido un mayorazgo con los grandes bienes que poseía en las Indias. El pobre Méndez, sin una casa «donde morar sin alquiler», no quiso ser menos que su antiguo jefe e instituyó un mayorazgo con todos sus bienes.
La idea de que Tablas ganase algún dinero, idea novísima y extravagante, produjo en el espíritu de Nazaria benéfica y reparadora reacción.
Allí existen los archivos de la ciudad y tiene sus sesiones muy modestamente el Senado de la república. La Bolsa no es notable sino por el extravagante contraste de su parte interior, de estilo casi morisco, y la exterior, adornada con estatuas y una fachada de aspecto muy diferente.
Hay ciertos entendimientos que parecen naturalmente defectuosos, pues tienen la desgracia de verlo todo bajo un punto de vista falso ó inexacto ó extravagante. En tal caso no hay locura, ni monomanía; la razon no puede decirse trastornada, y el buen sentido no considera á dichos hombres como faltos de juicio.
La Armelina es una comedia de magia y de espectáculo, y de un plan tan extravagante, que basta por sí solo para dar una idea desfavorable de la inventiva de su autor.
Hasta aquí se había tratado a Marner casi como si fuera un gnomo o un brujo útil, como si fuera un ser extravagante e incomprensible que no era posible mirar sin una mezcla de sorpresa o de aversión.
Aquello no era drama ni piñón mondado. Versos ramplones, lirismo tonto, diálogo extravagante, argumento inverosímil, lances traídos a lazo, caracteres imposibles, la propiedad de la lengua tratada a puntapiés, la historia arreglada a mi antojo y... vamos, aquello era un mamarracho digno de un soberbio varapalo.
Al día siguiente recibió la contestación en su casa: la carta de la generala era digna y cariñosa; pero estaba escrita en un tono protector, que no le sentó bien a nuestro joven: le recordaba su infancia, le ponía de manifiesto lo extravagante de aquel amor, «que no era, como él aseguraba, una pasión firme y verdadera, sino un capricho de niño:» le indicaba el ridículo que sobre ella caería si cediese a ese capricho y el mundo lo averiguase: por último, le aconsejaba que desistiese de su intento y procurase olvidarla.
Palabra del Dia
Otros Mirando