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Actualizado: 28 de junio de 2025


Louis Viel-Castel, diversos artículos sobre el teatro español en la Revue des Deux mondes: 1840. Colección general de comedias escogidas: Madrid, 1826 y siguientes. Esta Colección, después de cada obra dramática, inserta algunas observaciones estéticas, críticas y de otras clases, que en parte se han ampliado luego en el Tesoro del teatro español, de Ochoa. Págs.

Fuera de los mercados, los desvanes y las alcantarillas existe también la verdad. El mismo apóstol del naturalismo, Emilio Zola, lo reconoce pintando escenas de acabada y sublime poesía, que riñen ciertamente con sus exageradas teorías estéticas. No he querido en la presente obra herir al misticismo verdadero ni ridiculizar la vida contemplativa.

Si Moratín hubiera sido un pedante vulgar, tal como aparece al exponer sus principios críticos, y el sistema, que sirve á sus dramas de fundamento, compartiría la triste gloria de un Montiano ó de un Luzán, cifrada en convertir en profesión mecánica la crítica y la poesía; pero tenía prendas estimables, que supo hacer valer, y dignas de alabanza, á pesar de la estrechez de sus ideas estéticas, obligándonos á deplorar la limitación voluntaria á que condenó su talento.

Damas-Hinard, Theâtre espagnol, cuatro volúmenes: París, 1842. En las introducciones á esta nueva traducción antológica de las obras de Lope y de Calderón, se repite algo de la Colección anterior, pero también se añaden nuevos datos. M. Enk, Studien über Lope de Vega: Wien, 1839. Esta obra extracta el argumento de 24 comedias de Lope, con algunas observaciones estéticas.

Puede asegurarse que si éste no fué el único creador de la escuela romántica, fué por lo menos el que expuso y defendió sus principios con más talento, con más elocuencia y con mejor éxito. Las ideas estéticas de Schack son, pues, también románticas, y con ese criterio juzga las producciones de nuestros ingenios.

Yo no he dicho ni más ni menos que lo que repito ahora, aunque sea pesadez; pero aunque sea pesadez, ya que doña Emilia me da ocasión para ello, voy a continuar mis meditaciones estéticas, insertando aquí mi tercer artículo, que por miedo de fatigar al público permanecía inédito, y que es como sigue: Lo único que me apesadumbra y que a veces me mueve a arrepentirme de haberme puesto a tratar asunto tan complicado, es la multitud de aspectos bajo los cuales importa considerarle y la extensión que por consiguiente tengo que dar a este escrito.

De buena gana me pasaría varias noches en claro leyendo, con unas gafas muy gordas, unos volúmenes muy grandes, si a esta costa pudiera llegar a conocer las opiniones políticas, estéticas y religiosas que predominan en el distrito. Por desdicha, la cosa es imposible, y yo temo siempre desilusionar a mi admirador. Tal párrafo que acabo de escribir creo que le parecerá vulgar, y lo borro.

Hasta en el extranjero halló eco este regocijo, y el Barón Davillier reimprimió lujosamente el libro editado por Alfaro y lo tradujo al francés, poniendo al frente un retrato de Velázquez grabado al agua fuerte por Fortuny . Por último, Menéndez Pelayo en su admirable Historia de las ideas estéticas en España, aceptó también la autenticidad. Mas después se ha iniciado una corriente contraria.

Mucho se ha discutido, se discute y se discutirá, sobre si la amena literatura y otras artes del deleite, estéticas o bellas, deben o no ser docentes.

Todas ellas, aunque adolezcan más ó menos de las faltas indicadas, contienen también muchas bellezas parciales, así morales como estéticas, y abundan á veces en notables escenas, que pueden servir de prueba del talento dramático del autor de la Numancia, y no merecen pasar desapercibidas.

Palabra del Dia

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