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Actualizado: 25 de julio de 2025
Es de esperar que sus progresos serán detenidos y que al fin cederá a los esfuerzos perseverantes de la ciencia. San Francisco y Santo Domingo son deplorables, y nuestra Catedral, a pesar de sus reformas modernas, me hace el efecto de un galpón de ferrocarril al que se hubiera puesto un frontispicio pseudogriego.
Gil de Mesa enfermo, doy á V. m. esta pessadumbre. Yo le sup.^co sepa del señor Condestable, mi Señor, que como a tal le amo, y reverencio, a que hora será seruido, que yo le pueda yr a besar las manos con menos incomodidad suya . Que por estar yo malo hago esta preuencion, q. sino fuera esto, como vno de los seruidores de su casa, me fuera ay a esperar hora y a entretenerme ay como criado suyo.
Yo la llevé a Euston, allí bajó y entró en la boletería. Me hizo esperar como cinco minutos, apareciendo después con un mozo de cordel que tomó su valija, y luego ella me entregó la carta dirigida al señor Greenwood para que se la diera a usted, ordenándome que me retirara. Entonces me volví a casa, señora.
De pronto también las copas de los árboles volvieron a su posición recta; el polvo quedó en suspensión descendiendo, lentamente, sobre el suelo; las haciendas levantaron la cabeza como investigando la causa de aquel cambio; los caballos relincharon un rezongo; el sol brilló de nuevo en todo su esplendor, rencoroso y candente: la tormenta había pasado en su colosal ruta parabólica, rumbo al poniente, donde pareció detenerse, como a esperar al sol.
Pensó en su amigo Atilio, en el coronel, en Villa-Sirena, blanca é irisada por el sol del Mediterráneo, entre olivos y cipreses. El diluvio cae sobre el mundo. Tal vez las antiguas tierras vuelvan á emerger; tal vez queden sumergidas para siempre... Vamos á esperar, refugiados en nuestra Arca.
Ganada tan señalada victoria pasaron adelante, y en pocos dias se apoderaron de la Ciudad de Thebas, y luego de la de Athenas, con todas las fuerzas del Estado del Duque, rendidas las mas sin esperar sitio, porque toda la defensa se habia perdido en la batalla.
Como el marinero que me acompañaba era francote y alegre, el viaje fue todo lo agradable que yo podía esperar, dada la situación de mi espíritu, aún abatido por la muerte de Marcial y por las últimas escenas de que fui testigo a bordo. Por el camino íbamos departiendo sobre el combate y los naufragios que le sucedieron.
¿Y cuándo creéis que será tiempo? Cuando muera el rey. Su majestad es joven, y goza de muy buena salud. Podrá ser larga la espera, ya lo veo; pero vos me ayudaréis á esperar. Explicáos.
-Señor -respondió Sancho-, que el retirar no es huir, ni el esperar es cordura, cuando el peligro sobrepuja a la esperanza, y de sabios es guardarse hoy para mañana y no aventurarse todo en un día.
Quedó por último concertado, comprándolo Bryce por ciento veinte libras, pagaderas a la entrega de Relámpago, sano y salvo, en las caballerizas públicas de Batterley. A Dunsey se le ocurrió que sería prudente que renunciase a la cacería, se dirigiera inmediatamente a Batterley, y, después de esperar el regreso de Bryce, alquilar un caballo que lo llevara a su casa con el dinero en el bolsillo.
Palabra del Dia
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