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Actualizado: 29 de julio de 2025
Tan pronto como hubo salido, tiró violentamente de la campanilla para llamar al cochero y al jardinero. Interrogados, los dos servidores no escasearon los elogios. ¡Ah! ¡Es un bello joven! Nos ha dado las gracias como si le hubiésemos salvado la vida. Y estaba muy contrariado por no ver á la señorita. Nos ha encargado mucho que dijésemos á la señorita que estaba muy agradecido....
Aquel día mi chiquita no salió al balcón, sin duda avergonzada de su condescendencia; pero al siguiente la hallé dispuesta y aparejada al combate de miradas, señas y sonrisas, que ya no escasearon por ambas partes.
Mare nostrum iba á valer como si fuese de oro. Tales predicciones, que Ferragut se resistía á aceptar, empezaron á cumplirse al poco tiempo. Escasearon los barcos en las rutas del Océano. Unos se refugiaban en los puertos neutrales más próximos, temiendo á los cruceros enemigos. Los más eran movilizados por sus gobiernos para los enormes transportes de material que exige la guerra moderna.
Aquel día mi chiquita no salió al balcón, sin duda avergonzada de su condescendencia; pero al siguiente la hallé dispuesta y aparejada al combate de miradas, señas y sonrisas, que ya no escasearon por ambas partes. Una hora o más duraba todas las tardes este juego, hasta que se oía llamar y se retiraba apresuradamente.
Aquel día mi chiquita no salió al balcón, sin duda avergonzada de su condescendencia; pero al siguiente la hallé dispuesta y aparejada al combate de miradas, señas y sonrisas, que ya no escasearon por ambas partes. Una hora o más duraba todas las tardes este juego, hasta que se oía llamar y se retiraba apresuradamente.
Hasta mediados de abril aumentó la cosecha de fresilla; a principios de mayo comenzaba a disminuir, y escasearon los fresones de pulpa azucarosa, que tan suavemente humedecían la lengua. Don Enrique exclamaba Ana dirigiéndose a Borrén , ¿cuántas ha cogido usted ya? ¿Una y media? A ese paso, dentro de quince días las probaremos. No sirve usted... ni para coger fresas. ¿Cómo que no?
Nuestro D. Diego, siempre al arrimo de Santorcaz; Marijuán, yo y algunos más formábamos un grupo bastante animado, en el cual no cesó el ruido hasta muy alta la noche. Después de cantar, no escasearon los cuentos, acertijos y adivinanzas, y, por último, la conversación recayó en tema de mujeres. Yo dijo D. Diego con su natural ingenuidad me voy a casar.
Palabra del Dia
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