Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 26 de junio de 2025
No, no, insinuaba otro; esta es la ocasion de deshacerse del enemigo; no basta que entren en sus casas, hay que hacerlos salir, como los malos humores, por medio de sinapismos.
Es evidente que la naturaleza formó el pueblo de San José, tan limpio él y su entrada, que cualquier escuadra sin práctico alguno, puede entrar y fondearse dentro con toda seguridad; y en todo esto está la facilidad y franqueza con que la naturaleza tiene proporcionada la entrada de la barra de este rio: porque ¿qué dificultad puede haber en que venga una escuadra enemiga al puerto de San José, y con ella un número suficiente de embarcaciones del porte de las con que navegamos este rio, y desde dicho puerto, vengan estas con los transportes y pertrechos necesarios, y entren por la barra como nosotros diariamente lo estarnas haciendo?
Si todos fueran como tú, Gabriel me dijo don Diego pronto acabarían las picardías que estamos viendo. ¿Durarán las Cortes hasta el mes que viene, señor de Valiente? preguntó la de Rumblar. Durarán algo más, señora. A no ser que los franceses envalentonados con nuestras discordias, entren en Cádiz, y hagan con todos los que aquí estamos un picadillo.
¡Abrid, hijos de Satanás! ¡Abrid estas puertas que cierra vuestra codicia! ¡Abridlas de par en par, como tenéis abiertas las del Infierno! ¡Abridlas para que entren los que nunca tuvieron casa! ¡Soy yo quien después de habéroslo dado todo, llego a pediros una limosna para ellos! ¡Soy yo, quien pobre y miserable, golpea esta puerta cerrada! ¡Hijos de Satanás, no hagáis que mi cólera la derribe y entre por ella, como quien es, Don Juan Manuel Montenegro! ¡Abrid, hijos de Satanás!
21 Publicad, y haced llegar, y entren todos en consulta. ¿Quién hizo oír esto desde el principio, [y] desde entonces lo tiene dicho, sino yo, el SE
El Auto de la Puente del mundo comienza con un diálogo entre el Mundo, el Orgullo y el príncipe de las Tinieblas, sobre la venida de Cristo, que aparecerá en forma de caballero cruzado, para redimir á las almas de la servidumbre del pecado. El príncipe de las Tinieblas ha construído un puente, por el cual han de pasar cuantos entren en el mundo.
Entren, pues; suban, pidan y tomen cuanto apetezcan de lo que haya. Con esto me empujó suavemente hacia la torre; cogió enseguida los dos jamelgos por los bridones, y los arrastró materialmente hacia la portilla por donde había salido del cercado, mientras llamaba con toda su voz al sirviente que debía encargarse de ellos.
Pero en este momento el pestillo crujió, abriose despacio la puerta, y una voz dijo: Entren a cubierto de la lluvia. La voz no era la del viejo ni la de su mujer. Era una voz infantil, cuyo débil timbre quebrantaba aquella ronquera antinatural, que sólo pueden dar la vagancia y el abuso prematuro del alcohol.
En otro lugar de la misma obra añade: «Y assí no son las casas de Sevilla tan altas como las de Castilla la Vieja, porque de ser la ciudad tan húmeda y caliente, de industria las edifican sus moradores algo bajas, á fin de que las entren mejor los aires y desta causa abiertas y en Patios y Corredores.
En seguida le cruzó por el pensamiento lo que aquello significaba, y se apresuró a contestar: Que entren. Entraron dos caballeros de Nieva.
Palabra del Dia
Otros Mirando