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Actualizado: 11 de octubre de 2025


Si quería ser digno de ella, ¿no debía seguir su ejemplo?... A veces cerraba los ojos e inclinaba la frente, invadido por los recuerdos de sus buenas enseñanzas, casi avergonzado de haberlas olvidado un momento. Otras veces se rebelaba: ¡la vida no puede ser enteramente de amor!

Basta saber que si todo no se ha trasuntado con escrupulosidad absoluta; si alguna cosa no corresponde exactamente en forma y posición á la que quiere representar, débese á que no siempre es realizable el deseo, máxime habiendo de luchar con escasez de tiempo, con falta de ciertos materiales y con ausencia de enseñanzas.

Cuéntame cuántos hijos tienes... ¡Porque debes tener muchos hijos! ¡Papá! protestaba Chicha, que siempre andaba cerca, temiendo las malas enseñanzas del abuelo. ¡Déjate de moler! gritaba éste, irritado . Yo lo que me digo. La paternidad figuraba inevitablemente en todas sus fantasías amorosas. Estaba casi ciego, y el agonizar de sus ojos iba acompañado de un creciente desarreglo mental.

En este estado se abrió el Seminario en el que se han venido dando con ligeras interrupciones, las enseñanzas peculiares a esta clase de establecimientos.

Además, los vínculos que la habían ligado con el Príncipe Zakunine estaban fuera de la ley, y su amistad con Vérod estaba contaminada también. Sin haber todavía visto al acusador, con sólo oír su nombre, creía el magistrado reconocer en él a Roberto Vérod, el escritor ginebrino que vivía desde muchos años antes en París y de allí esparcía por el mundo sus libros llenos de amargas enseñanzas.

De tarde en tarde recibía de lejos un impulso que me obligaba a considerar aquellos éxitos menos desdeñables. Desde el día que nos separamos, Agustín no me había olvidado. En cuanto lo permitía la distancia que nos separaba continuaba procurándome las enseñanzas que habían comenzado en Trembles.

Mi madre me inculcó la idea de que mi posición me obligaba a ser más rígido que los demás. Yo, en el fondo, era un muchacho atolondrado, de buen corazón, aunque un tanto violento. Muy joven comencé a navegar, y en el barco tuve que ir olvidando cuantas enseñanzas me dio mi madre. Mi vida, en los primeros años de navegación, fué muy intensa.

»A me enseñaron muchas cosas en libros, con la aguja, de palabra, por escrito y hasta por señas y a toque de violín; pero sobre todas las enseñanzas obligatorias en aquel colegio, prevalecieron las del mal ejemplo de mis compañeras, más avispadas que yo, o más cargadas de malicias y de años.

Y muerta ella, ¿no debía todavía y siempre inspirarse en su memoria y seguir sus enseñanzas? ¿No era ese el modo de hacerla revivir?... Y ¿cuál habría sido su consejo, si él hubiera podido pedírselo y ella hubiera podido dárselo? ¿Cómo habría obrado ella en una situación semejante a la que él se encontraba? : el odio le animaba, le inspiraba el ansia de la venganza.

Se parecía á uno de esos retratos sombríos que vemos grabados en los antiguos volúmenes de sermones; y para decir la verdad, con tanta aptitud para tratar de las culpas, pasiones y angustias del corazón humano, como la tendría uno de esos retratos. Ester Prynne, dijo el clérigo, he estado tratando con este joven hermano cuyas enseñanzas has tenido el privilegio de gozar, y aquí el Sr.

Palabra del Dia

aprietes

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