Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 18 de mayo de 2025


¡Cosa más singularr!... Y mirando a Jacobo a lo lejos, aumentóse su curiosidad al ver que aparecía Butrón por detrás de la cortina del palco del Veloz, hacíale una seña y llevábaselo consigo, siguiéndoles a los dos, sin que ninguno le llamase, el cínico Diógenes... Al terminar el acto, Butrón, triunfante y satisfecho, entraba otra vez con Jacobo en el palco de Currita, y empujándole hacia la dama con aire de papá bonachón que satisface un capricho de la niña, cogió con una de las suyas las dos manos que ella y él se estrechaban al saludarse, murmurando, con sentenciosa indulgencia, aquellas palabras de Shakespeare: Old, old history!...

La vieja criada llega adonde el ciego, y aparta, con su diestra de bruja al lazarillo, empujándole hacia el hogar donde se agrupa la hueste mendicante. El Ciego de Gondar y la vieja se enredan en una plática que comienza en alta voz y acaba en susurro de secreto. Bien de mi corazón, allega si quieres, y si non non, que por el mundo sobran mujeres. ANDREÍ

Decía yo que por el postigo, aun entreabierto, entráronse empujándole, y espada en mano, mi padre y su primo Francisco de Rivalta; y como el aposento estuviese oscuro, Rivalta abrió una linterna que a prevención llevaba, y encontráronse con que, hecha una estatua a causa del espanto, estaba a poca distancia del postigo Lisarda, y junto a ella, con la espada en la mano, y mirando a aquella mala mujer, todo asombro, a don Baltasar de Peralta.

D. Martín de las Casas le agarró con la mano izquierda por el brazo, y empujándole contra la pared, le vomitó con voz campanuda, blandiendo al mismo tiempo el bastón: ¡Granujota, indecente! ¡En buen lugar has dejado a los que te sacaron del polvo! ¡Miserable gusano, debiera aplastarte y arrojarte después como una piltrafa a la calle para que te coman los perros!

¡Menistros! gritó el matutero enarbolando su vara. Ciudadanos, ¡viva el Rey absoluto, viva Coletilla! Vamos á jaserle comunero de la gran comuniá dijo el matutero. Primera prueba. ¡Que salte! ¡Que salte! ¡Que salte! Y uno de ellos tomó de la mano á Elías como para hacerle saltar, mientras otro, empujándole con violencia, le hizo caer al suelo.

¡Entra, pues, maldito! exclamó su madre, empujándole con tanta violencia que su cabeza fue a dar contra la pared, y la sangre salió. Entonces el idiota se echó a reír a carcajadas, con una risa estúpida y convulsiva, enjugó su herida con sus largos cabellos, y fue a dejarse caer bajo la campana de una vasta chimenea.

Palabra del Dia

commiserit

Otros Mirando