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Actualizado: 8 de mayo de 2025
Cuando yo muera llevad mis restos allá a la cumbre de una montaña que sea digna de mis arrestos de indio poeta, nieto de España. Egregia lira mi tumba exorne, para que preste vida a mis huesos, y allí una virgen y Pan bicorne derramen ritmos, flores y besos. Grabad entonces sobre mi fosa con letras de oro esta inscripción: "Yace aquí un bardo que a toda cosa grande o hermosa dio el corazón".
Entiéndase que, por amor a la verdad y a la equidad, y no para adulación o lisonja del vulgo plebeyo, me atrevo a afirmar lo que afirmo, en contra de la flamante y curiosa aristocracia cuyas doctrinas sostiene el señor Gener, y que se funda o cree fundarse en la egregia cultura de aquella pequeña parte de nuestro linaje, que, a lo que parece, es humanidad ascendente y se acerca ya a formar núcleo o grupo de superhombres.
Pero aún flameas bajo el sol intacta, Y la gloria que aun contigo pacta Alza hacia ti su corazón desnudo. Te reserva más cumbres y más cielo; Cumbres de amor y honor para tu vuelo; Cielos de egregia luz para tu escudo! CANTO A ESPA
No se limita a esto, con todo, la novela de Tofail. Esto es lo menos importante de la novela, aunque sobre ello lo más importante está fundado. Hay Benyocdan es todavía más excepcional y egregia criatura por el alma que por el cuerpo. Nada ve, nada hace, nada observa en sí ni fuera de sí, sobre lo cual no piense y cavile.
La egregia protectora de las letras y las artes dio la señal y descendió gravemente de su trono: pidió el brazo a Mario y salió majestuosamente de la estancia seguida de sus adeptos. Tocoles un buen sitio a aquél y a su esposa para ver la comedia, que era del género llorón; mas apenas lograron fijarse en ella, preocupados con el descubrimiento que habían hecho.
Lo dijo con la sonrisa de siempre. Estaban presentes el cura de la Segada y el licenciado Velasco de la Cueva. El conde de Trevia guardaba á su mujer delante de gente el respeto y atención que la más egregia dama pudiera exigir de su marido. Aun, en este punto, iba más allá de lo que ordinariamente se practica en el mundo.
Por último, aquel empecatado de don Alvaro, aunque tenía tan egregia y bella esposa, se dejaba llevar a menudo de las más villanas inclinaciones, y en una o en otra de sus dos magníficas caserías alojaba con mal disimulado recato a alguna daifa, por lo común forastera, que había conocido y con quien había simpatizado, ya en esta feria, ya en la otra.
A pesar de su austeridad, tan probada y acendrada durante veinte años, sintió que en el fondo de su pecho pugnaba por salir y le retozaba la risa al notar tanta juvenil desvergüenza; pero al fin triunfó la condición austera de la egregia dama, y despidió al mancebo, diciéndole: Está bien, niño; pero mejor estaría si tu maestro o tu ayo te hubiera enseñado menos retórica y más comedimiento y circunspección para no faltar al respeto que a una ilustre dama se debe, y que se debe también a su casa y a su servidumbre.
Si yo mandase esta tarjeta al duque dijo con profunda emoción , la boda quedaría deshecha... Pero no lo haré, porque soy hombre de honor. De las mujeres me vengo de otro modo. Convine con él en que era cierto que tenía entre sus manos aquella egregia boda, y aplaudí calurosamente su nobleza. Esta ilusión de ser un hombre de alma generosa y heroica acabó de hacerle feliz.
Arrebola sol de gloria el tierno abrazo y el alma se alegra al ver que jamás se ha de romper ese sacrosanto lazo. La imaginación inquieta, al contemplar tal unión, enciende la inspiración en la mente del poeta. Noble, reta al bardo, que acude al duelo y al herir la egregia lira copia, a la luz que le inspira, cantares que oyó en el cielo.
Palabra del Dia
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