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Actualizado: 14 de octubre de 2025
Aunque esta materia parece ajena de este papel, no es asi, y los lectores se convencerán de esta verdad, sabiendo que desde el arzobispo y tres obispos sufragáneos, hasta el último párroco, tienen todos una asignacion ó sueldo fijo, que cobran, como cualquier otro empleado del Gobierno, de las cajas de la hacienda nacional: por lo tanto si se fuese á tratar de sus facultades, jurisdiccion y atribuciones, seguramente que este no era el lugar mas á propósito para ello; pero cuando nada se va á decir sobre tales puntos, y únicamente se los va á considerar como unos partícipes que son en la distribucion de los caudales públicos, ninguna ocasion mas adecuada para tratar la materia que al concluir la 2.a parte de esta memoria, relativa toda ella á la hacienda nacional, y solicitar las correspondientes economías, como se han indicado en las demas clases.
El era el más modesto, el último, pero allí estaban sus compañeros todos aquellos señores con levita inglesa y pe lo partido de la frente a la nuca, jóvenes estudiosos que le habían ilustrado con sus profundas apreciaciones, y cuando ellos no habían hecho más economías, era porque resultaba imposible.
Plácido no quería: por dos menos no cierran una clase de más de ciento cincuenta. Se acordaba de las fatigas y economías de su madre que le sustentaba en Manila privándose ella de todo. En aquel momento entraban por la brecha de Sto. Domingo. Ahora me acuerdo, exclama Juanito al ver la plazoleta delante del antiguo edificio de la aduana; ¿sabes que estoy encargado para recoger la contribucion?
Era esta mujer capaz de comer suela de zapato a trueque de ahorrar un maravedí, y no ajena a su conversión una libra esterlina, o doblón de a cinco, que para el caso es igual. Si lo cobró y pudo coserlo en una media con otras economías anteriores, amargolo aquellos días en forma.
Tiene sus economías... pero no se decidirá a gastarlas por su salud sino en el último trance, cuando ya la enfermedad le diga: «La bolsa o la vista». Mucha gracia le hizo a D. Manuel esta interpretación pintoresca de la avaricia de su amigo, y hablando con él después, le insinuó la idea de consultar a un especialista en enfermedades de los ojos. Esta vez no recibió mal el enfermo la indicación.
No es posible figurarse la profunda gratitud que el bueno de Hojeda guardaba a su amigo por estas mercedes. Había permanecido célibe, y gracias a sus economías, consiguió formar en algunos años un capitalito, cuyas rentas debían ir acumulándose a él, porque lo mismo gastaba hoy que el día en que abrió al público su farmacia.
En Hacienda realizó varias economías en los gastos públicos, castigó con extremo rigor los abusos de los corregidores, y practicó minuciosa inspección de las cajas reales. Por resultado de ella marcharon al presidio de Valdivia varios empleados fiscales, se ahorcó al tesorero de Chuquiavo, y confiscados los bienes de los culpables, recuperó el tesoro algunos realejos.
No se le ocultaba la intención que guiaba a su señoría al combatir aquel presupuesto. Sobre este punto tenía él ideas particulares y propias. «Yo entiendo que su señoría, proponiendo economías, busca también combatir las instituciones religiosas, de las que es enemigo». Y al llegar a este punto Rafael se lanzó en loca carrera, pisando terreno firme y conocido.
Quiroga encontraba aquella ocasion la más propicia para emplear los fusiles y cartuchos que tenía en su almacen, de la manera como el joyero había indicado: era de esperar que en los días sucesivos se operasen requisas y entonces ¡cuántos presos, cuanta gente acoquinada no daría todas sus economías!
Cada año vuelven, apretados como un rebaño en la proa de los mugrientos vapores de emigrantes, para trabajar en las estancias y reunir sus economías, soñando incesantemente con el lejano país. Parecen resbalar sobre el suelo de la República Argentina, sin hacer el menor esfuerzo para arraigarse en él.
Palabra del Dia
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