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Actualizado: 1 de mayo de 2025
La nube de cabecitas comenzó a agitarse negativamente y un aplauso espontáneo y bullicioso brotó de aquellas doscientas manitas, como una protesta cariñosa que hizo sonreír al anciano en medio de sus lágrimas.
En total: de las doscientas copias, los Estados Unidos consumen ellos solos ciento veinte, y las ochenta restantes son para los demás pueblos de la tierra. Así se comprende que los cinematografistas americanos, sin salir de su país, puedan cubrir todos sus gastos, que son inauditos, y realizar ganancias. El producto del resto del mundo es para ellos á modo de una propina.
¡Ah! me contestó . Usted ha tenido mucha suerte y puede usted prescindir del honor. Si yo hubiese podido hacerme una firma, también prescindiría de él; pero a los cincuenta años de edad no he logrado llegar aún a las doscientas pesetas, trabajando diez horas diarias. Yo soy un fracasado, y si no tuviese honor, me moriría de hambre... Mi pobre compañero tiene honor porque le hace muchísima falta.
Dame algo de eso, que yo mañana puedo venderlo fácilmente en Hereford. ¿Dónde tienes ese brazalete de diamantes, el que me mostrate, que te regaló el viejo en tu último cumpleaños? Aquí replicó, y, alzando su muñeca, mostró la hermosa joya de diamantes y zafires que su padre le había obsequiado, de un valor, por lo muy bajo, de doscientas libras esterlinas. Dame esto, entonces exclamó.
De doscientas leguas de extensión, tiene fondeaderos excelentes, y, á pesar del clima, una vida animal bastante rica en focas y aves, con las que puede aprovisionarse cualquiera embarcación.
Pero ya te arreglaré yo, país de las monas. ¿Cómo te llamas? Te llamas Envidiópolis, la ciudad sin alturas; y como eres puro suelo, simpatizas con todo lo que cae... ¿Cuánto va? Diez millones, veinticuatro millones, ciento sesenta y siete millones, doscientas treinta y tres mil cuatrocientas doce pesetas con setenta y cinco céntimos...; esa es la cantidad.
Situación de la provincia de Chiquitos, costumbres y calidades de los naturales. La provincia, á quien vulgarmente llamamos de los Chiquitos, es un espacio de tierra de doscientas leguas de largo y ciento de ancho; por el Poniente mira á Santa Cruz de la Sierra, y algo más lejos á las misiones de los Moxos, que pertenecen á nuestra provincia del Perú.
Al presente están divididos en dos facciones, la una discurre hacia el lago de los Xarayes, por espacio de doscientas leguas; la otra hacia la ciudad de la Asunción, cautivando gente y robando las haciendas y cuanto les viene á las manos, y muchas veces se coligan con los Guaycurús en daño de los españoles.
Era rico, pero si se retiraba, perdiendo con esto el soberbio ingreso de las corridas unos años doscientas mil pesetas, otros trescientas mil , tendría que circunscribirse, luego de pagar sus deudas, a vivir como un señor del campo, del cultivo de La Rinconada, haciendo economías y vigilando por sí mismo los trabajos, pues hasta entonces el cortijo, abandonado en manos mercenarias, apenas daba producto.
Ella forma una superficie oblonga, dirigida de nornordeste á sudsudoeste, que tiene ciento veinte leguas marinas de largo, y sobre sesenta de ancho, tomado el término medio. Esta superficie es tambien, poco mas ó ménos, de seis mil doscientas cincuenta leguas cuadradas, de veinticinco el grado . Límites. Montañas. La provincia de Caupolican es una de las mas curiosas bajo su aspecto orográfico.
Palabra del Dia
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