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Mi padre nunca habla de eso; mamá, con cuidarnos, tiene bastante; a Leocadia le gusta ir a la iglesia cuando hay grandes fiestas, a falta de otras más divertidas pero más costosas que le están vedadas; y en cuanto a ... callo: no quiero que me llames herejote. En fin, no estoy tranquilo. Basta por hoy: no te quejarás de que escribo poco.

Muy divertidas son las escenas episódicas, en que aparece un filósofo sujeto con una cadena á un loco, y llevado por hombres que lo presentan en el teatro porque dice la verdad.

Primero estuvo hablando conmigo; preguntome varias cosas y me contó otras muy chuscas y divertidas. Después díjome que me estuviese quieto: sentí sus dedos en mis párpados.... Al cabo de un gran rato dijo unas palabras que no entendí: eran palabras de medicina. Mi padre no me ha leído nunca nada de Medicina. Acercáronme después a una ventana.

La cualidad, que lo caracteriza con ventaja suya entre todos los demás poetas dramáticos españoles, es el cuidado con que traza los caracteres, la verdad de su pintura de costumbres, la gracia con que sabe censurar las ridiculeces humanas, y su vis cómica en la exposición de hechos y situaciones divertidas.

Ambos se sentaron a su lado y la atosigaron a requiebros y atenciones. El uno le pedía el abanico, el otro el pañuelo. Los dos procuraban atraer su atención sacando conversaciones divertidas, lisonjeando su orgullo por todos los medios que podían. En honor de la verdad hay que confesar que, aunque Ramoncito era mucho más profundo y político, la conversación de Cobo era más amena.

Lo expuesto da sólo una idea general del argumento de esta comedia; pero es imposible comprender en un extracto de ella las numerosas y divertidas escenas, que desenvuelve el poeta con gracia, y ateniéndose al principio fundamental que le sirve de base.

Si la ciudad carece de carácter verdaderamente aleman, es porque su tipo es el de todas las ciudades que sirven de punto de reunion á la sociedad elegante ó vagamunda de Europa en los meses de excursiones divertidas. Así, la calle principal es una especie de Prado, orillado por multitud de espléndidos hoteles, á donde afluyen sin cesar las gentes á la moda de todos los puntos de Europa.

Las situaciones cómicas, en cuya invención nos maravilla su fecundidad inagotable, no constituyen, sin embargo, un plan regular, ni ofrecen, por tanto, el interés dramático que en ellas observaríamos, si Gil Vicente hubiese sabido imprimirles unidad, contentándose generalmente con trazar á grandes rasgos imágenes verdaderas y divertidas de la sociedad en que vivía, y con diseñar el prototipo perfecto de las composiciones dramáticas, que después se denominaron entremeses.

Porque eres una señorita, y las señoritas no pueden permanecer solas en la casa de un hombre, por muy decente y honrado que éste sea. ELECTRA. ¡Pues estamos divertidas, como hay Dios, las pobres señoritas! Estás atinadísima. ELECTRA. Y sobre todo, contenta. Cuando hay alegría todo se hace bien. MÁXIMO. Verdad, clarísima verdad. ELECTRA. ¿Eso es un crisol?

El concienzudo Navarrete no pudo, en verdad, hallarlos; pero las ingeniosas y divertidas escenas de la vida y costumbres de los estudiantes de esta Universidad, que se leen en El licenciado Vidriera, en La tía fingida y en la segunda parte del Don Quijote, demuestran suficientemente que sólo pudo trazarlas quien las vió y estudió por mismo.