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Actualizado: 14 de junio de 2025
Según la cuenta del Mayordomo, todos los gastos del hospedaje montaron á 278 mrs. y 5 dineros, corta suma en verdad, que solo podemos esplicarnos por la sobriedad de costumbres de la época, más bien que por exigencia de la religión de los huéspedes, que, como se ha visto, no tenían escrúpulos en «empinar el codo» á pesar de la prohibición coránica.
En Roma, los sin señor Son almas que van en pena: No se hace cosa buena Sin dineros y favor. Cuál vive muy á sabor, Cuál no tiene que comer; Unos con mucho dolor, Otros con mucho placer. Dos cosas no pueden ser De placeres y dolores Ni peores ni mejores; Que son Roma y la mujer.»
Los turcos decían que los dineros pasaban de 50.000 ducados, mas tiénese por cierto que no sea verdad y que no fuesen aun la mitad.
Yo si va a decir verdad , aunque los compañeros me querían guiar a otras compañías, como no aspiraba a semejantes oficios, y el andar en ellos era por necesidad, viéndome con dineros y bien puesto, no traté más que de holgarme. Despedíme de todos; tomé mi camino para Sevilla, donde, como en tierra más ancha, quise probar ventura. Pasé el camino de Toledo a Sevilla prósperamente.
Mis dos hermanos, movidos de mi ejemplo, cada uno le dio mil ducados: de modo que a mi padre le quedaron cuatro mil en dineros, y más tres mil, que, a lo que parece, valía la hacienda que le cupo, que no quiso vender, sino quedarse con ella en raíces.
Pues vamos, es esto: sobran bellacos que han dado en inventar cómo, cuándo y por qué vuesa merced ha recibido dineros y presentes de los conversos, e si agora ven esa joya en su cinto la enseñarán como prueba. Ramiro comprendió.
A lo que respondió maese Pedro, que ya se había levantado de los pies de don Quijote: -Ya he dicho que esta bestezuela no responde a lo por venir; que si respondiera, no importara no haber dineros; que, por servicio del señor don Quijote, que está presente, dejara yo todos los intereses del mundo.
Sacrebleu, sacrebleu jura y perjura el hombre gordo y bermejo, a tiempo que se enjuga la exudación de la frente . Acércate, Nolo, que yo tengo necesidad de confiarme, y es tanto mejor de encontrar un corazón leal que de monologar. ¡Ah, mi Dios, que yo estoy cansado...! Estoy cansado de la patrona, de mi bien amada mujer. Las mujeres en mi país son ahorradoras. Yo amo a las mujeres ahorradoras, buenas manejeadoras. Pero mi mujer es ya muy demasiado ahorradora; muy demasiado, muy demasiado. Yo me encabezo en mi negocio y trabajo como un asno después de la mañana hasta la noche por ganar buena plata; pero yo amo los buenos dineros para darme buena vida y comer a mi grado. Esto es ya lo que me resta. Voil
Abrazóle Anselmo tierna y amorosamente, y agradecióle su ofrecimiento, como si alguna grande merced le hubiera hecho; y quedaron de acuerdo entre los dos que desde otro día siguiente se comenzase la obra; que él le daría lugar y tiempo como a sus solas pudiese hablar a Camila, y asimesmo le daría dineros y joyas que darla y que ofrecerla.
Dineros he menester yo; que agüelos no respondió el Estudiante : con los míos me haga Dios bien ; que me han dicho mis padres que deciendo de Leandro el animoso, el que pasaba el mar de Abido «en amoroso fuego todo ardiendo» , y tengo mi ejecutoria en las obras sueltas de Boscán y Garcilaso .
Palabra del Dia
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