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Actualizado: 23 de junio de 2025
Aquí, como en todas partes, la gente es muy aficionada al dinero.
Los que poseían algún dinero estaban obligados á emprender una peregrinación de tienda en tienda ó formar cola á la puerta de los Bancos para cambiar un billete. ¡Ah, la guerra! ¡La estúpida guerra! En mitad de los Campos Elíseos vieron á un hombre con sombrero de alas anchas, que marchaba delante de ellos lentamente y hablando solo.
Acuérdese del Potosí y otras minas célebres que cargaron los galeones españoles de barras preciosas durante siglos. ¿Y de qué nos sirvió tanto dinero?... Fue nuestra muerte.
Tomaré el dinero... Me he salvado. DON JOS
Deme su mano... no es para poner en ella dinero, esté tranquila... Ahora... hasta la vista. La excelente mujer salió sollozando.
El padre sentía una satisfacción animal al verle grande, fuerte, atrevido e insolente, haciéndose respetar en cafés y casinos, más aún por sus puños que por la especial inmunidad que da el dinero en las pequeñas poblaciones. ¡Cualquiera se atrevería a burlarse del viejo usurero teniendo a su lado tal hijo!
Y todo por darse el gusto, la muy bruta, de vivir en Madrid, de ser señora, de mirar por encima del hombro a las pobres traperas... ¿No era la industria de sus padres tan respetable como otra? Pagamos contrebución, Isidrín, como cualsiquiera de los que tien tienda en la calle de Postas. No hay mas que ver lo que se nos lleva el Ayuntamiento por la licencia: un porción de dinero.
El notario, al verle salir así, y pensando mejor, se arrepintió de haber entregado aquellos cuartos a semejante mamarracho. Algo sabía D. Benito, y aún algos, del pito que tocaba Reyes en su casa; pero lo que acababa de oír y lo que sospechaba le hacía ver con claridad del mediodía: y de resultas de esta clarividencia empezó a temer por su dinero.
Lea mi Meditación sobre el dinero como quien lee un libro de cocina cuando tiene hambre, y hallará en mi Meditación algún consuelo y alivio.
D. Laureano vio un agente de policía acercarse y, envalentonado, se atrevió a decir con tono despreciativo: Anda, anda, sigue tu camino, que todo lo que te he quitado te lo he pagado en buenos billetes de Banco. Los ojos de Concha relampaguearon como los de una pantera. ¿Dinero por mi honra, canalla? gritó en el paroxismo de la cólera.
Palabra del Dia
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