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Actualizado: 29 de mayo de 2025
Pero ocurrió la batalla de Mont-Saint-Jean, regresaron nuestros príncipes y regresó también Alfonso a la patria, dirigiéndose a París, donde actualmente se encuentra, haciendo las diligencias necesarias para obtener un empleo diplomático. Abrigamos muchas esperanzas de conseguirlo. ¡Qué horribles angustias hemos pasado!
-Y ¿a qué se atiene el autor? -A que -respondió Sansón-, en hallando que halle la historia, que él va buscando con extraordinarias diligencias, la dará luego a la estampa, llevado más del interés que de darla se le sigue que de otra alabanza alguna. A lo que dijo Sancho: ¿Al dinero y al interés mira el autor?
Con voluntad y dinero todas las regiones de los Andes son susceptibles de admitir cuantas carreteras y ferrocarriles pueda necesitar el movimiento social.» En medio de aquel océano de cerros desnudos, de colinas caprichosas, de altas y pequeñas planicies y de abismos inmensos, circulan sin riesgo ninguno las diligencias por una excelente carretera.
Arcale era un hombre grueso y activo, excosechero, extratante de caballos y contrabandista. Tenía cuentas complicadas con todo el mundo, administraba las diligencias, chalaneaba, gitaneaba, y los días de fiesta añadía a sus oficios el de cocinero. Siempre estaba yendo y viniendo, hablando, gritando, riñendo a su mujer y a su hermano, a los criados y a los pobres; no paraba nunca de hacer algo.
El señor mi amo sí, que es parte suya, pues la llama a cada paso mi vida, mi alma, sustento y arrimo suyo, se puede y debe azotar por ella y hacer todas las diligencias necesarias para su desencanto; pero, ¿azotarme yo...? ¡Abernuncio!
Estaba pronto á ejecutar bajo su dirección todas las diligencias necesarias; pero abandonado á mí mismo, no sabía absolutamente hacia qué lado dirigir mis pasos. Le creía uno de esos hombres que prometen poco y hacen mucho. Temo haberme engañado. Esta mañana me determiné á ir á su casa con el objeto de devolverle los documentos que me había confiado y cuya triste exactitud he podido comprobar.
Inmediatamente el paisano se puso a disertar sobre el tiempo y a hacer comparaciones geográficas entre España y Guatemala, y dando un salto después llegó hasta Méjico y habló de los gauchos y de las vacas salvajes y de las diligencias donde los viajeros iban pertrechados de todas armas y de los asaltos de los bandidos, etc.
Ya le parecía hallarse en la cueva de Montesinos; ya ver brincar y subir sobre su pollina a la convertida en labradora Dulcinea; ya que le sonaban en los oídos las palabras del sabio Merlín que le referían las condiciones y diligencias que se habían de hacer y tener en el desencanto de Dulcinea.
Aquí está la declaración de un paje de vuecencia llamado Gonzalo Pereda, por la que consta, que el cocinero mayor del rey le mandó servir de cenar en la misma casa de vuecencia á un su sobrino, á quien llamó Juan Montiño. ¿De modo que ese Juan Montiño y don Francisco de Quevedo y Villegas son amigos? dijo el duque. El alguacil se calló. Dadme esas diligencias dijo el duque.
Allí gané los premios, allí fuí coronado por vencedor de todas las contiendas, y de allí tomó ocasión Sinforosa de desear saber quién yo era, como se vió por las diligencias que para ello hizo. Vuelto al navío, y resueltos los míos de dejarme, les rogué que me dejasen el barco, como en premio de los trabajos que con ellos había pasado.
Palabra del Dia
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