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Actualizado: 30 de junio de 2025
Manejaba con torpeza la cerrada sombrilla, y de vez en cuando miraba con ansiedad la doble cadena de oro que descendía del cuello a la cintura, como si temiese la desaparición de un regalo largamente solicitado. Rafael dejó de examinarla para fijarse en su señora.
Al frente se ostentaban como dos gigantes el soberbio nevado del Eiger, al S., redondo en su base, y al N.-E. el Mettenberg, teniendo en medio, en la parte baja, la nevera inferior de Grindelwald, que descendía hasta el fondo del valle, y en la parte superior los nevados Viescherhorner, cerrando el horizonte como una fortaleza colosal de cristal ó de plata.
No obstante, el viejo descendía rápidamente todos los escalones que un hombre bien nacido puede descender. Cuando el ruido de su nueva fortuna se hubo extendido por París, encontró en el Bosque un cierto número de antiguos conocidos que habían tomado la costumbre de volver la cabeza cuando le veían.
Descendía hasta la ribera del mar formando diversos tramos, y á su final, un camino siguiendo el borde de la costa conducía al puerto. La mujer vaciló bajo el arco de entrada. Te advierto dijo amenazando con un dedo á Miguel que si vuelves á las tuyas, pido socorro. ¿Me prometes ser hombre serio?... ¿Palabra?... Bueno; marcha delante: no me fío. El se lanzó por la escalera como un explorador.
En efecto, tuve valor para acercarme y ver.... Una estrecha escalera de piedra bruta descendia de la abertura ó puerta, practicada al pié del muro, al fondo de una cueva ó sótano húmedo y pestilente, sin mas luz que la muy confusa que entraba de la calle por entre los barrotes de una reja de hierro.
Allá, debajo del muro verde de las Delicias, se amontonaban las sombras formando una masa espesa que se iba dilatando rápidamente. Sobre Triana, de lo alto de la suave colina donde se asienta Castilleja de la Cuesta, descendía igualmente la noche. El aire fresco resonó con un ronco silbido prolongado. Era un vapor que salía.
Y su sonrisa expresaba satisfacción al ver una vez más que los grandes hombres del arte, los valientes, sufrían las angustias de una doble necesidad, producto de la emoción, lo mismo que él en los tiempos que descendía a los redondeles de los pueblos.
Lo sé de fijo por el mismo abogado de aquí». ¡Pin, pin! Y Amparo, a su vez, escuchaba frases coléricas: «Si te dieron palabras, que te las cumplan». ¡Pinnn!... Una hoja purpúrea descendía con lentitud.... «Baltasarito, hijo, van a cogerse ciento y no sé cuántos miles de duros, si ganan».
En mis paseos delirantes descendia a la profundidad de las cavernas de la muerte para estudiar su causa en sus efectos, y desde los montones de huesos y del polvo de los sepulcros, me atrevia a sacar consecuencias criminales; consagre las noches en aprender las ciencias secretas olvidadas hace ya mucho tiempo.
En suma, D. Joaquín hizo saber a todos sus amigos que descendía nada menos que del heroico trovador Güesto Ansures, el cual machucó a un enjambre de moros con un ramo de higuera, por donde tomó el apellido de Figueredo, que D. Joaquín todavía llevaba.
Palabra del Dia
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