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Actualizado: 16 de julio de 2025


Si se compara el desastre de los Gelves con el de la Armada invencible, ocurrido en 1588, parecerá algo menor la pérdida de material en el primero, sin otra consideración que el valor comparativo de construcción de galeras y naos, y el mayor número de piezas de artillería que las últimas llevaban; la diferencia no es, sin embargo, de mucha importancia, y se nivelaría á tomar en cuenta el valor intrínseco de los esclavos y cautivos perdidos que andaban al remo.

Alentada por tan lisonjera esperanza, hízose á la vela para aquellas regiones una flota de dieciséis buques de alto bordo, llevando en calidad de voluntarios á los hijos de las más nobles familias de Inglaterra. Todos se disputaban el privilegio de partir para ese Eldorado polar, y los expedicionarios sólo encontraron la muerte, el hambre, murallas de hielo. Pero á nadie descorazonó tal desastre.

Pero no eran las manos la única cosa bella que se advertía en aquella ruina, no: tenía otra cosa mil veces más bella que las manos, y eran los dientes, que, salvados del general desastre, se conservaban hermosísimos, con perfecta regularidad, esmalte brillante é intachable forma. Era una santa, una santita.

La fuerza de los mozos que la detuvieron tirando de la cuerda impidió que hubiese aquel día un desastre y que la función acabase en tragedia. Don Paco, que venía por allí para visitar a sus amigas, al ver desmayada a doña Nicolasita, la levantó en sus brazos y se refugió en casa de ellas.

La de Arturo estuvo en peligro durante mucho tiempo; por espacio de dos meses se desesperó de salvarle, y cuando recobró la salud, su fortuna, sus esperanzas, las de su tío, todo se hundió en tres días, al hundirse la monarquía de Carlos X. El obispo no pudo resistir este desastre; enfermo y apenado, quiso seguir a la corte en su destierro, pero no pudo.

A eso del mediodía nuestras columnas avanzadas recibieron el fuego de los imperiales, que rehechos con un destacamento que de Linares había llegado, trataban de ganar lo perdido. Furiosos por el reciente desastre, acometieron briosamente a nuestra vanguardia.

Por otra parte, se lamentará siempre, y con razón, hasta que sepa asociarse con su vecino para utilizar los recursos que ofrece el agua corriente. Actualmente la explotación de esas riquezas se hace con el mayor desorden y casi al azar, según el capricho de los propietarios ribereños, siendo el resultado de estos disparates, el desastre para todos, con muchísima frecuencia.

Aquello se convirtió en un desastre... La estancia tiene un parque y hay una avenida de sauces altísimos, que llega hasta un riacho, como a media legua de la casa; es un sitio precioso, sobre todo en las noches claras.

Después de haber esperado, después de haber querido esperar en la vida ¿qué obtenía de esto? ¡No una ayuda, sino el último desastre! La sentencia del poeta significaba que el segundo amor está condenado irremisiblemente, porque alucinarse con la profundidad del nuevo afecto no es posible para el corazón que ya ha visto la muerte del primero.

Sobrevivimos con harto desdoro a los horrores del fiero desastre; sobrevivimos y un áureo decoro cubre un harapo de vida en arrastre. ¡Oh, cuántas veces, en noches sin astros, como al imperio de un alto dictamen, héroe, tu sombra define sus rastros fija en un gesto solemne de examen!

Palabra del Dia

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