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Actualizado: 13 de junio de 2025
Una vocal representaba nuestra a: otra la e y la i, sonidos que confunden los Filipinos; y otra las dos vocales o, u, cuya pronunciacion tambien confunden. El mayor ó menor número de consonantes dependia, como es facil comprender, de las exigencias fonéticas de cada lengua . ¿Cual era el órden de estos caracteres en el alfabeto?
Afortunadamente, el porvenir de Smith's-Pocket, como el de la mayor parte de los descubrimientos, no dependía de la suerte de su fundador, y otros siguieron proyectando zanjas y encontrando bolsas, de manera que Smith's-Pocket se convirtió en un campamento con sus dos quincallerías, sus dos hoteles, su casa-correo y sus dos primeras familias.
Su respetuoso y reverente servidor. Pasaron tres meses sin que don Elías contestara. Al fin contestó, advirtiendo que esperara un poco, que avisaría si podía venir ó no. Un mes después escribió de nuevo llamando á Lázaro á su lado, y añadiendo que de su comportamiento y disposiciones dependía el que hiciera fortuna. Lázaro no cabía en sí de gozo.
Pero es preciso que estéis segura, Eppie dijo Silas en voz baja , es preciso que estéis segura de que jamás os arrepentiréis de haber preferido quedaros entre pobres gentes que no poseen más que malas ropas y cosas mediocres, cuando de vos dependía el obtener todo lo que hay de mejor.
De todas suertes, Reyes tenía que contenerse para no abrazar al doctor; creía disparatadamente que el estar su mujer embarazada o no dependía de aquella discusión entre el médico y Emma; si Emma quedaba encima en la disputa, ¡adiós hijo!; si el médico decía la última palabra, parto seguro.
Es menester por tanto que la administracion de los Jesuitas en la provincia de Moxos, cuyas misiones dependian del Perú, haya sido tan progresiva como en Chiquitos que dependía del Paraguay. Desde luego no se consiguió como se deseaba generalizar en ella un solo idioma.
Pero hombre, ¿sigues todavía con la manía de dejarte esas barbas disparatadas? manifestó Reynoso, un poco amostazado por el susto que había recibido su esposa. Sin duda creía que la traza terrorífica de su amigo dependía exclusivamente de la barba. Era un error.
Era de estatura mucho menos que mediana, lo cual dependía, a no dudarlo, de la cortedad de las piernas, pues el torso era grande, robusto, casi atlético. Las facciones correctas, los ojos saltones y negros adornados con espesas cejas. Pero lo que caracterizaba fuertemente a aquel rostro eran unos enormes bigotes blancos que tapaban lo menos la mitad. Podría tener sesenta y pico de años.
El castillo de Rouxmesnil es una edificación blanca, perdida entre el verdor de un parque de diez hectáreas y rodeada de muros y de precipicios. Un espeso bosque de hayas centenarias la defiende del viento del mar, que barre furiosamente toda la llanura. Una importante hacienda dependía del castillo, que no estaba habitado hacía mucho tiempo.
»¡Ah! ¡La fortuna y el crédito de Carlos, el misterio que le rodeaba, su secreto terrible del que dependía su libertad y su vida, todo estaba explicado, hasta su tristeza y sus remordimientos!... Afligida, aniquilada, y sin sentirme con valor ni aun para pensar ni para llorar siquiera, ignoré cuánto tiempo permanecí en aquel estado.
Palabra del Dia
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