Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 30 de septiembre de 2025
Desde entonces la influencia de Rosas se encarna más y más en aquella República, hasta que al fin el ex presidente Oribe se constituye en general de Rosas, y los emigrados argentinos se confunden con los nacionales en la resistencia que oponen a esta conquista disfrazada con nombres especiosos.
Tales son, en primer término, una división de discursos, extraña y demasiado artística entre los diversos interlocutores, con arreglo á la cual se interrumpen las frases de los que hablan, y después de la interrupción prosiguen otra vez ó se confunden en un solo unísono . De esta manera se entrelazan á veces dos monólogos, de tal suerte, que cada uno de los interlocutores habla consigo mismo, y, sin embargo, concuerdan entre sí las palabras de ambos.
De repente un tribunal de hombres competentes le cierra las puertas del templo de la gloria. Podría equivocarse el tribunal o estar apasionado. Pero ¿no era más fácil que él y sus amigos se hubiesen engañado? ¿No sería él uno de tantos aficionados que confunden el entusiasmo por el arte con la inspiración, la voluntad con el ingenio?
En ninguna ocasión debió de tener al Rey delante tanto tiempo, porque si se nota que unas líneas están sorprendidas de pronto acertando a la primera tentativa, otras parecen corregidas, halladas después de ensayos vacilantes, pero dando por resultado un conjunto en que se confunden el saber y la facilidad, la aptitud ingénita y el fruto de la experiencia.
Es sensible y real; ve las bellezas de la naturaleza con una claridad incomparable y las refleja en estrofas felices, fáciles y armoniosas. ¡Fáciles!... He ahí el rasgo característico intelectual de los colombianos. No es posible imaginarse una espontaneidad semejante. Aturden, confunden.
Ven, muerte, tan escondida, Que no te sienta venir, Porque el placer de morir No me torne á dar la vida. No sucede así con los antiguos españoles, que ignoran estas distinciones, y jamás confunden los romances y las redondillas.
Bajo el cielo, resignadas, reposan las aguas melancólicas. Las torres y las sombras se confunden de tal modo que todo parece suspendido en el aire, mientras que desde una torre orgullosa, la Muerte como un espectro gigante, contempla la ciudad que yace a sus pies.
Tal claridad hace ver bien cuanto vive al pie de los árboles grandes; los insectos que se arrastran, las florecillas que se balancean, los hongos y musgos que alfombran tierra y raíces, y sobre los mismos árboles, líquenes blancos y dorados que se mezclan y confunden con los rayos de luz. Según las estaciones, cambia incesantemente de apariencia el bosque de hayas.
Si en arte son sinónimos, idealismo y poesía, nadie ante este lienzo pondrá en duda que Velázquez, el enamorado de lo real, el que nunca debió de pintar lo que no vio, era uno de esos genios que en el amor a la Naturaleza confunden y con él aureolan toda la belleza que conciben.
Ahí los sexos se confunden, y entre las 30 ó 40 personas que yacen en el fondo de la cloaca sombría, suceden cosas que solo el ojo impasible de Dios puede mirar sin estremecimiento, y que no tienen nombre en el vocabulario de la civilización.... Pero esas gentes que viven en los pisos altos ¿cómo pueden habitar tan espantosa madriguera? le dije á mi interlocutor.
Palabra del Dia
Otros Mirando