Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 14 de junio de 2025
Por último, después de una hora de conversación, durante la cual le miraban con la insistencia pertinaz de quien va a comprar un animal, el médico le preguntó: ¿Nos permitirá usted ahora que tomemos algunos datos acerca de su cráneo y otras medidas?... El P. Gil, un poco sorprendido, consintió inmediatamente. El médico sacó del bolsillo de atrás de la levita un craniómetro y una cinta.
Pero, habiendo sido en ocasion que se trataba comprar á los franceses las Malvinas, no tuvo efecto esta propuesta. Que estas noticias ofrecen muchas esperanzas de poder subsistir poblaciones en aquellos terrenos, y ser utilísimas al comercio, estado y religion, no puede dudarse.
Muchas veces, sin embargo, la tinta se corría sobre la piel de que estaba revestido y quedaba el globo hecho un asco, y vuelta a comprar otro su padre, para que el fuego de la pasión geográfica no se extinguiese en el niño. Pues tocante a las esferas, pasaba lo propio.
Todo se ha allanado, sin embargo, y yo, más desgraciado que antes, querría comprar al precio de toda mi sangre derramada gota a gota, uno de esos instantes de angustia que no supe apreciar.
San Pedro no dejará paso a las que ostenten en torno de los ojos el livor que deja el cansancio sensual soportado para comprar brillantes; pero dará entrada en la gloria a las que vea con el rostro demacrado, mitad por el hambre y mitad por el placer; será cariñoso con las que hayan desfallecido de amor, y los Arcángeles, las Dominaciones y los Tronos que gozan perdurablemente la presencia de Dios, cantarán diciendo: «¡Bienaventuradas las que supieron amar, porque de ellas es el reino de los cielos!»
Después de estas crisis era raro que mi padre no se apresurara á comprar algún bello dije, que mi madre hallaba bajo su servilleta, al sentarse á la mesa, y que jamás usaba.
Pero ella, poniendo una cara desconsoladísima y quejándose de dolor de cabeza, negábase a comprar, aunque los ojos se le iban tras de las originales telas, y más aún tras de los admirables modelos colocados en los maniquís. En fichús, encajes, manteletas, camisetas, pellizas, estaban allí las Mil y una noches de los trapos.
Un hombre rico, bien emparentado y miembro de los principales círculos, no puede instalarse como un extranjero que viene á pasar seis meses en París. Tuvo, pues, que buscar una casa, disponerla á su gusto, amueblarla, comprar caballos y ajustar servidumbre.
No la había leído, por no estar traducida aún al idioma de su país, y pensaba comprar la versión inglesa. Pero la había «visto» en un cinema de Pekín. Además hay que hacer una confesión. La novela está en crisis actualmente en todas las naciones. El siglo XIX fué el siglo de la música y de la novela.
Folgueras, que decía estar provisto de todo lo necesario, no tenía nada, y fué preciso encargar a Madrid fundiciones y piezas que faltaban a la prensa, construir galerines, comprar mesas, etc., etc. Al fin todo quedó arreglado. Don Rosendo trabajaba, como un negro, ocupándose hasta en los más ínfimos pormenores. Su talento organizador se reveló en esta ocasión mejor que nunca.
Palabra del Dia
Otros Mirando