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Actualizado: 22 de junio de 2025
Una mirada severa del toro bastó para hacerle brincar la barrera sin poner el pie en el estribo. La corrida fue rica en incidentes. Caídas, choques, atropellos, saltos mayores que el de Alvarado, de todo hubo, hasta cogidas, lo cual, en verdad que parecía imposible.
De vez en cuando chocaba la barca con algún árbol invisible; conmovíase el bote, como si fuese a estallar, y había que retroceder, dar un rodeo, buscando otro paso. Deslizábanse lentamente por temor a los choques; iban de un lado a otro, evitando los obstáculos, y acabaron por desorientarse, no sabiendo ya a qué lado estaba el río. Por todas partes obscuridad y agua.
Su inteligencia se trazó un sistema formal de ideas generales, á que sometió sus escritos, calculando con ingenio y extraordinaria perspicacia las diversas colisiones ó choques que pudieran utilizarse, y tomando por base de sus dramas el desarrollo y solución de esas contradicciones. Los elementos esenciales de este plan ó sistema eran la fe, el amor, el honor y la lealtad.
Esa fuerza de voluntad que da valor en el combate y fortaleza en el sufrimiento; que triunfa de todas las resistencias, que no retrocede por ningun obstáculo, que no se desalienta con el mal éxito, ni se quebranta con los choques mas rudos; esa voluntad, que segun la oportunidad del momento, es fuego abrasador, ó frialdad aterradora; que segun conviene, pinta en el rostro formidable tempestad, ó una serenidad todavía mas formidable; esa gran fuerza de voluntad, que es hoy lo que era ayer, que será mañana lo que es hoy; esa gran fuerza de voluntad sin la que no es posible llevar á cabo arduas empresas que exijan dilatado tiempo; que es uno de los caractéres distintivos de los hombres que mas se han señalado en los fastos de la humanidad, de los hombres que viven en los monumentos que han levantado, en las instituciones que han establecido, en las revoluciones que han hecho, ó en los diques con que las han contenido; esa gran fuerza de voluntad que poseian los grandes conquistadores, los jefes de sectas, los descubridores de nuevos mundos, los inventores que consumieron su vida en busca de su invento, los políticos que con mano de hierro amoldaron la sociedad á una nueva forma, imprimiéndola un sello que despues de largos siglos no se ha borrado aun; esa fuerza de voluntad que hace de un humilde fraile un gran papa en Sixto V, un gran regente en Cisneros; esa fuerza de voluntad que cual muro de bronce detiene el protestantismo en la cumbre del Pirineo, que arroja sobre la Inglaterra una armada gigantesca, y escucha impasible la nueva de su pérdida, que somete el Portugal, vence en San Quintin, levanta el Escorial, y que en el sombrío ángulo del monasterio, contempla con ojos serenos la muerte cercana; miéntras
Desde aquel día la vieja mansión había permanecido absolutamente como era, sin sufrir la menor alteración, con su hilera de obscuros y envejecidos retratos de familia en el gran hall, su amueblado estilo rey Jacobo y sus antiguos yelmos y lanzas que habían sufrido los golpes y choques de la batalla de Naseby. La noche era terriblemente fría.
Más allá de la baranda, el misterio: una intensa negrura que devoraba el resplandor eléctrico, no dejándole avanzar más que algunas pulgadas en sus entrañas sombrías; espumarajos fosforescentes, rumor sordo de fuerzas invisibles que avisaban su presencia con choques y rebullimientos. Ojeda vio venir hacia él con paso vacilante a un hombre vestido de smoking que le saludó desde lejos.
Entraban nuevos clientes casi todos formando parejas así como iba cayendo el día. El camarero hizo pasar al comedor cerrado á unas mujeres pintarrajeadas y con grandes sombreros, seguidas de unos jóvenes. Por la puerta entreabierta salió un ruido de persecuciones, de choques y saltos, con brutales carcajadas y risas de sofocante cosquilleo.
No entendamos ahora por genio la extensa y mera invención de sucesos y circunstancias extraordinarias, sino, en su acepción poética más elevada, la fecundidad de la fantasía en crear asuntos reales, que la obedecen, y constituyen un solo cuerpo con la idea fundamental de la composición; la capacidad de deducir diversos sucesos y situaciones, mudanzas y catástrofes, del desarrollo de los caracteres y de sus choques, y de las relaciones, que surgen entre los personajes que toman parte en la acción, y los acontecimientos exteriores.
Le ofendía, mejor dicho, le ponía fuera de sí la menor contradicción. Los primeros choques fueron con Miguel, el hermano de su querida, el cual no se sometía al régimen de la casa. Hubo reprensiones, disputas agrias; por último, Velázquez le levantó la mano y lo arrojó de casa, aunque permitiendo que su madre le diese algún dinero para que se mantuviese fuera.
Desnoyers sólo había estado dos veces allí, á la ida y al regreso de su viaje á Alemania. Otros emprendían ahora el mismo camino. Las muchedumbres populares iban acudiendo de los extremos de la ciudad para ver cómo desaparecían en el interior de la estación masas humanas de contornos geométricos, uniformemente vestidas, con relámpagos de acero y cadencioso acompañamiento de choques metálicos.
Palabra del Dia
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