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Actualizado: 1 de julio de 2025
El hombre que ama a Trini es excelente y muy celoso de su honra. Trini no quiere ni debe engañarle. Y Trini no puede unirse con él, mientras viva el hombre que la burló y bajo cuya mirada se moriría de vergüenza. Los casos y lances por donde llega el autor a resolver este conflicto, no pueden ser imaginados ni presentados con mayor naturalidad, verosimilitud, interés creciente y pasmoso ingenio.
Era una fea historia de pasión vulgar, de ilusión y de desilusión, que no hay para qué sacar de la celda secreta de los recuerdos amargos de Godfrey. Este sabía desde hacía tiempo que le había sido debida en parte a un lazo que le tendió Dunstan, quien había visto en aquel casamiento degradante de su hermano el medio de satisfacer a su vez su odio celoso y su codicia.
Un celoso obispo sin embargo halló un medio ingenioso para corregir el desacato de las ofensas personales entre eclesiásticos.
Pero si su arte no dejó en ella una fiel estampa, dura al menos en sus tradiciones el sello de aquel espíritu ardiente y celoso en las cosas divinas, que tan noblemente supo triunfar de las costumbres é ideas semi-bárbaras y semi-gentílicas de la edad media. Y es por cierto admirable cómo la Providencia favorecia las piadosas estratagemas de los hombres de buena intencion y viva fé.
¿Escribiría, pues, a la casada? Pero ¿qué derecho tenía para ello? ¿Qué le iba a decir? ¿Y si el marido era celoso y cogía la carta? ¿No se exponía desde el principio a imposibilitar o dificultar así grandemente para lo futuro el buen éxito de su aventura? El Conde desistió, por consiguiente, de escribir a la casada.
La verdad es que el señor de Maurescamp, que era sumamente celoso, no estaba disgustado de una circunstancia que creía ser una garantía para su hogar.
Pero he descubierto que es un inglés de regular edad y no italiano, como habíamos pensado. Creo que no me pondré celoso por las atenciones que tenga con usted, pues adolece de un defecto físico. Sólo tiene un ojo.
El Rey, admirado de su generosidad, pregunta y se informa de la persona á quien se debe, y el conde Orgaz aprovecha celoso esta ocasión de recomendar á su protegido, y, sin descubrir al Rey el origen de García, celebra su valor y su osadía, pero le atribuye al mismo tiempo un carácter orgulloso é independiente, y enemigo, por tanto, de la corte.
Es usted demasiado modesto... No es por adularle, pero tratándose de celo, yo creo que es usted tan celoso como el primero, ¿verdad, doña Serafina? Un gruñido de todo punto extraño se escapó en aquel momento de la garganta de Consejero, al cual siguió inmediatamente un violento golpe de tos que le dejó sin respiración por algunos segundos.
Pero ese era su pecado: sus ojos grandes, limpios y sencillos, que cada vez que se levantaban, ya sobre Juan, ya sobre otros donde Juan pudiese verlos, se entraban como garfios envenenados por el corazón celoso de Lucía; y aquella hermosura suya, serena y decorosa, que sin encanto no se podía ver, como la de una noche clara. Hasta que una noche: No, Sol, no: quédate aquí.
Palabra del Dia
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