Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 23 de junio de 2025
¿Y qué importo yo... pobre cómica... querida miserable del duque de Lerma? pero dad gracias á Dios de que yo sea querida del duque, y de que el duque, por una casualidad que Dios ha permitido, sea esclavo de un hombre terrible, que es á su vez esclavo mío. ¿Y quién es ese hombre?
Salí precipitadamente, aprovechando aquella libertad de acción conquistada con tanta suerte y que tanto deseaba. Ya no me faltaba más que obtener de la casualidad el favor de encontrar al paso á la cantante. El portero, á quien di un dollar, se encargó de darme noticias.
El ministro, observando su silencio y su tristeza, le preguntó: ¿Tienes por casualidad fondos en su poder? Por casualidad, no ... ¡por estupidez mía! Tiene en su mano casi toda mi fortuna. ¡Oh diablo, diablo! Se me está haciendo rejalgar en el cuerpo lo que he comido. Creo que me voy a poner mala dijo la viuda poniéndose realmente pálida. Arbós hizo esfuerzos por tranquilizarla.
Don Braulio, no obstante, era una de aquellas criaturas en quienes toda emoción grata dura poco, a quien acude súbito la idea triste que envenena dicha emoción. «Mas ¿por qué se decía soy yo el que ella ama, el único dichoso, el dueño del tesoro, el que tiene la llave de su corazón? Por una casualidad, primero: por haberla hallado en un lugar donde nadie había que compitiese conmigo.
Y si por casualidad hubiese entre ellos algún librepensador ¡qué confusión y vergüenza se apoderarían de su ánimo al ver que el Señor tenía de su lado a lo más distinguido y elegante de la high life madrileña!
Y en lo más íntimo de su alma hizo acopio de rencor, y se juró que si la suerte, la casualidad o su propia astucia se le mostraban favorables, tomaría de don Juan espantosa venganza. Capítulo X En que ocurre el más grave y deleitoso suceso de esta historia Don Juan resolvió triunfar de Cristeta, empleando medios extraordinarios.
No, no, Nina: desde que te fuiste, ¡mira qué casualidad! entró la suerte en mi casa... Parece un milagro, ¿verdad? ¿Te acuerdas de lo que hablábamos, aburriditas en esta soledad, ¡ay! en aquellas noches de miseria y sufrimientos?
Por la noche, al reunirse en el comedor, doña Cristina miró á su hija con insistencia, pero sus palabras fueron breves. Que sea la última vez dijo que recibas visitas, ni dentro de casa... ni en el jardín. También es casualidad, venir ese... individuo, la misma tarde en que te quedas sola, diciendo que estás enferma.
Como por casualidad había descubierto un banco en el terraplén, no en el sitio en que ella se encontraba cuando Mauricio pasó por el camino, allí estaba demasiado en evidencia, sino al extremo de la tapia y detrás de un vallado.
Y la sopa se enfriaba, y al fin aparecía Visitación, sofocada, distraída, de mal humor. Venía de casa de Vegallana donde había conseguido que Ana y Álvaro se hablaran a solas un momento, por casualidad... que había preparado ella. ¡Pero buena conversación te dé Dios!
Palabra del Dia
Otros Mirando