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Actualizado: 24 de noviembre de 2025


Bien conocí desde los principios, que el poblar la costa patagónica, tenia por objeto acreditar mejor la posesion de ella, y evitar que otras naciones se colocasen en algun punto de la misma, por donde pudiesen introducirse á los reinos del Perú y Chile: pero esto parece difícil, por la calidad de sus terrenos, por falta de buenos puertos, por las excesivas mareas, por lo rigoroso del clima y otras causas.

Ella sabía bien cuánto influía en los hombres que la trataban; pero en aquella circunstancia se acrecía su mujeril satisfacción por la calidad visible de los visitantes y por la distinción social que la sola amistad con Melchor significaba.

Díjele yo a don Fernando en lo que reparaba el padre de Luscinda, que era en que mi padre se la pidiese, lo cual yo no le osaba decir, temeroso que no vendría en ello, no porque no tuviese bien conocida la calidad, bondad, virtud y hermosura de Luscinda, y que tenía partes bastantes para enoblecer cualquier otro linaje de España, sino porque yo entendía dél que deseaba que no me casase tan presto, hasta ver lo que el duque Ricardo hacía conmigo.

Se atrevió a enmendar la plana a las reinantes, así en el vestir y aderezarse, como en el andar; formaron escuela sus atrevimientos, y hubo peinados, y abanicos, y hasta actitudes con su nombre; ambicionábanse sus saludos y sonrisas en la calle y en los espectáculos, entre los hombres y los mocosos distinguidos, casi tanto como los del Tato o los de la Alboni; rayáronle el afrancesado Beronic con que desde su salida del colegio la habían confirmado sus amigas, por horror justificable al sainetesco nombre con que fue castigada en la pila, y la llamaron todos, en papeles y corrillos, para colmo de su gloria y sello de legítima calidad, Nica Montálvez.

El conjunto resulta alegre, profano, lujoso, bellísimo, como una fiesta de Verona ó de Ferrara en el siglo XVI. Construyóse en el reinado de Felipe II, y pertenece al Duque de Alba, en su calidad de Conde de Monterey.

Hablando de América, la había recorrido de un cabo a otro, había cazado tigres con el presidente de Guatemala y se había batido en calidad de coronel contra el ejército de San Salvador.

A la boca ó entrada de esta bahia, por la banda del norte, hallaron catorce brazas de fondo, barro algo negro y bueno para anclar: y en la banda del sur, á la entrada hay cinco, seis y siete brazas de la propia calidad en el fondo.

Y daba una prueba de su ternura dejando de enfadarse al ver que su marido no quería obedecerla. Le llamaba siempre «marqués», no se sabe si por conservar para ella sola su calidad de princesa ó por creer que no debía despojarlo de un título ganado con su sangre. El marqués jamás fijó su atención en esta anomalía. ¡Eran tantas las de su mujer!

El mismo Felipe II, con ser señor del mundo, sacó a la venta los títulos de nobleza por seis mil reales, añadiendo al margen del decreto «que no se reparase mucho en la calidad y origen de las personas». En Madrid, el pueblo asaltaba las panaderías, disputándose el pan a puñaladas.

Cuando pasó la media hora, me consulté para saber si les otorgaría todavía algunos instantes: yo era entonces su providencia, y, en esta calidad, les acordé graciosamente mi protección, con una sonrisa. ¡Ojalá puedan vaciar hasta el fondo la copa del deleite! pensé, y resolví ir todavía a dar una vuelta por el jardín.

Palabra del Dia

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