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Recibió esmerada educación, primero en colegio español de monjas y luego, durante once años, en otro inglés. Cursó el bachillerato, sobresaliendo en el estudio de la Preceptiva y la Literatura británicas. A pesar de ello ha escrito sus versos en castellano, nunca en la lengua de Shakespeare.

Una interminable variedad de uniformes desfilaba por sus calles, y á esta diversidad de trajes venía á añadirse la diferencia étnica de los hombres que los vestían. Los soldados de Francia y de las Islas Británicas se codeaban con las tropas exóticas. Los gobiernos aliados habían hecho un llamamiento á los combatientes profesionales y los voluntarios de sus colonias.

Al fin esa juventud que se esconde con sus libros europeos a estudiar en secreto, con su Sismondi, su Lherminier, su Tocqueville, sus revistas Británicas, de Ambos Mundos, Enciclopédica, su Jouffroi, su Cousin, su Guizot, etc., etc., se interroga, se agita, se comunica, y al fin se asocia indeliberadamente, sin saber fijamente para qué, llevada de una impulsión que cree puramente literaria, como si las letras corrieran peligro de perderse en aquel mundo bárbaro, o como si la buena doctrina perseguida en la superficie necesitase ir a esconderse en el asilo subterráneo de las catacumbas para salir de allí compacta y robustecida a luchar con el poder.

Los marinos portugueses, gallegos y cántabros comerciaban con las Islas Británicas y las repúblicas anseáticas del Báltico; los marinos catalanes y mallorquines, rivales de los italianos en el comercio de Oriente, usaban cartas de navegar desde mediados del siglo XIII. Las Ordenanzas de Aragón disponían que cada galera llevase dos cartas marinas, cuando los demás buques de la cristiandad navegaban sin otros rumbos que el instinto y la costumbre.

En la actualidad y hablando de un modo general, podrían dividirse las ovejas en dos grandes clases: las españolas y las británicas, omitiendo las de raza asiática; y como las mejores ovejas del mundo son originarias de España, fué lo más natural que los primeros colonos las trajeran en sus buques de la madre patria y que esto fuera el principio de la industria de la lana en la América del Sur.

Al sudoeste se destacan los promontorios rocallosos de los cerros á cuyas faldas demora la ciudad de Algecíras, á alguna distancia de su puerto y arsenal; y las fortalezas británicas y españolas se miran allí de un lado á otro por encima de las ondas, coléricas á veces, cual si representasen la lucha permanente ó el desafío mudo entre el despecho de una vieja conquistadora de mundos, vencida por sus propias faltas, y el orgullo tranquilo de un gran pueblo que ha encontrado su fuerza en la libertad y simboliza todo su genio progresista con el cosmopolitismo de su comercio, soberano de los mares.

Otras personas penetraron en el palacio Lubimoff con toda la confianza del parentesco, á causa de este matrimonio. Un hermano de sir Edwin había tenido que lanzarse por el mundo para ganar su vida, como todos los segundones de las familias británicas.

El viento silbaba en las encrucijadas, ladraban los perros, comenzaba a llover a chaparrón. Decidí entrar en la primera fonda o posada que me saliera al paso. La primera que encontré fue una que tenía una enseña con un caballo. Se llamaba así: El Caballo Blanco. Era de estas fondas tranquilas, poco frecuentadas, que hay en las islas británicas, que tienen un carácter de limpieza y respetabilidad.

Casi pensaba omitir en esta relación algunos pormenores relativos al primero de los monumentos que dominan el Támesis, la Abadía de Westminster, no obstante su importancia, porque me he propuesto no describir sino lo que haya visto. No tuve tiempo para recorrer todo el interior de aquella catedral de las glorias británicas, que es el reverso de la Torre de Lóndres.

Al salir de Chamonix se dispersaban, en largos é irregulares cordones y en muy distintas direcciones, mas de 250 excursionistas, provistos de los mas variados atavíos y venidos desde las extremidades de Rusia, las llanuras de Alemania, las Islas británicas ó las ciudades y selvas del Nuevo Mundo, para rendir homenaje á las magnificencias de los Alpes.