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BIZCOCHO DE MANTECA. Se toman cien gramos de manteca de vaca, cien de harina, cien de azúcar y tres huevos; primero se bate la manteca muy bien, se mezcla el azúcar, y después las tres yemas muy batidas, y por último, las tres claras, que estarán también batidas a punto de nieve.

Con presta ligereza discurriendo Iban de tienda en tienda; hasta que hallaron Un poco de bizcocho, el qual cogieron; El paso y no el furor atras volvieron; El uno dellos se escapó huyendo, Al otro mil espadas le acabaron, Por donde infiero que la hambre ha sido Quien les dió atrevimiento tan subido.

Este dia se les dió de comer los indios, y se les regalò con aguardiente, harina, bizcocho y porotos, y se fueron las cuatro de la tarde gustosos, pero esta noche me robaron un caballo que habia comprado; tal es la fidelidad de estos b rbaros. Este dia permanecí á bordo, aguardando respuesta del Rio Negro, pues ya tiene el indio que llevó la carta sobrado tiempo para haber vuelto.

A poca distancia salió de la parte del N una indiada Mataguaya, de ciento y mas indios, siendo su caudillo el antecedente convidado y ladron nocturno: se arrojaron á la canoa, y el indio Sinipé que nos acompañaba, se arrojó al rio y pasó donde yo estaba, y habiéndoles regalado charque, bizcocho y gualcas, quedaron contentos.

Da el rio muchas vueltas de N á S por campos abiertos. A la parte del N salieron 12 indios con tu ladino: díles tabaco y bizcocho, y todo era preguntar ¿donde parábamos aquella noche? Siguiéronnos, ocultándose á trechos mas de dos leguas, y habiendo encontrado á la parte del S dos indios de la rancheria de Josengo, les dije lo llamasen.

BIZCOCHO ALMENDRADO PARA TOMAR EL T

Hízosele muy cortés recibimiento, y los que no pudieron agasajarle a él agasajaron a la Chula y al Turco, que iban apoyando la cabeza en todas las rodillas, lamiendo aquí un plato y zampándose un bizcocho allá.

Había que resignarse y no hacer un desaire a los señores de la casa. Y a los pocos minutos ya estaban amigablemente en torno de la mesa, con el mantel cubierto de migajas de bizcocho, las jícaras de chocolate vacías y clavando barquillos en las entrañas de los sorbetes.

El pan se amasaba con agua salada; y como la munición era queso y tocino y otras cosas saladas que apetecían á beber y la ración de agua era limitadísima, se entretuvo la gente por temor de la sal muchos días con garbanzos y algún bizcocho que se les daba y dió, y muchos murieron de sola sed, y eran los caniculares y en Berbería: trabajaba la gente toda la noche y peleaba el día sin tener ningún reposo.

Esta mañana se les diò de comer á los indios, y le entregué al que trajo la carta otras, para que llevase al Rio Negro al Señor D. Francisco de Viedma, d ndole noticia de mi arribo: asi para que hiciesen esta diligencia como por la buena armonía, fueron todos regalados con aguardiente, porotos, bizcocho, harina y abalorios, y las doce del dia se pusieron en camino para sus toldos, y el que llevaba la carta dice que en derechura pasará al Rio Negro entregarla.