Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 3 de octubre de 2025
Me refiero á nuestro Administrador, al bizarro y antiguo general Miller quien, después de sus brillantes servicios militares y de haber gobernado por algún tiempo uno de los incultos territorios del Oeste, había venido, hacía veinte años, á pasar en Salem el resto de su honorable y agitada vida.
Véte. Y tú no desesperes, que, pues salvaste bizarro mi vida, yo salvaré tu corazon en los brazos de Leila, ó con su cabeza Ben Jucef me dará el pago.
Había, para todos los errores, una inagotable tolerancia; el bizarro marqués de Fimarcon se escapaba por las noches, disfrazado de mujer, de la cárcel, adonde le llevó un sucio asunto de intereses, para ir á los bastidores de la Opera; otro noble remitía á la bailarina señorita de Pélissier 20.000 francos en un billetito, donde le declaraba su amor, y el mismo venerable cardenal de Fleury sonreía bonachón y se encogía de hombros ante las lamentaciones del modesto burgués que iba á pedirle justicia contra el raptor de su hija....
El bizarro y extraño nombre de Socarrao me admiraba algo, y de ello se apercibió el pescador. Son motes, caballero; apodos que aquí tenemos lo mismo los hombres que las barcas. Es inútil que el cura gaste sus latines con nosotros; aquí, quien bautiza de veras, es la gente.
En todas partes parecía hermoso, dominaba a todos con su arrogante figura; allí, en el baile, debajo de aquella araña de cristal, que casi tocaba con la cabeza, era más elegante, más bizarro, más airoso que en cualquier otro sitio.
San Germain l'Auxerrois merece tambien la visita del viajero; su elegante construccion, aunque de formas un tanto aplastadas, sus estilos diferentes que constituyen un conjunto bizarro, su belleza interior, forman un todo muy bueno y hacen de San Germain una de las mas hermosas iglesias de Paris.
Se tenía que confesar la Regenta, aunque pensando un instante nada más en ello, que la complacía encontrar a su salvador, tan airoso y bizarro; tan distinguido como decía Obdulia, que en esto tenía razón.
Era yo una bella princesa encantada que esperaba al hermoso caballero encantador del tapiz, pues en aquel tiempo que ha pasado después, tenía la vocación del matrimonio, una vocación seria, ardiente y resuelta... Encontraba al príncipe también en el salón bajo la forma de un joven y bizarro oficial de la Restauración, mi bisabuelo.
Pasaban de trescientos los juramentados para salir aquella noche, mas sólo acudió aquel puñado de valientes, y don César, dando prueba de lo que era, esto es, de caballero firme y bizarro, no tuvo inconveniente en acaudillarlos, esperando arrastrar con su ejemplo a los tímidos.
La baronesa de Bivot, el bizarro Zumalacárregui, rompió el fuego la primera con la certera puntería de la lógica más exacta. El pensamiento no puede ser más caritativo ni más santo, y supongo que merecerá la aprobación de todas estas señoras, como merece la mía dijo, echándose lentamente fresco con el abanico . Pero debo hacer notar que en la campaña del Norte hay dos ejércitos españoles...
Palabra del Dia
Otros Mirando