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Actualizado: 20 de junio de 2025
En este caso de Roger, ni su buen discurso, ni el conocimiento grande de la naturaleza de los Griegos, ni los avisos de su mujer, ni los ruegos de los suyos, pudieron detenerle para que voluntariamente no se entregáse á la muerte.
Créanlo o no, digo que todo lo que en esta obra es colorido, acento de época y dejo nacional, procede casi exclusivamente de los anuncios del Diario de Avisos. Para la ensambladura histórica tuve siempre a la vista la historia anónima de Fernando VII, que se atribuye a D. Estanislao de Koska Bayo, y para Zaragoza los Sitios de Alcaide Ibieca.
Esto parece exagerado al que no lo presencia; pero sepa el que dude, que una de las tareas que más dan que hacer á la policía de Paris, consiste en especificar los sitios en donde no se pueden fijar anuncios, citando el artículo del reglamento que lo prohibe. Así sucede, que lo más común es encontrarse con letreros que dicen: défense d'afficher, prohibicion de fijar avisos.
Llegada, pues, la mañana, montaron á caballo y se fueron al pueblo, llegando este dia al pago ó estancia de San José. Hallaron aquí un escuadron de Miguelistas, que iba al socorro de los suyos, y consternados con los nuevos avisos que habian venido la noche pasada, que el enemigo ya habia ocupado el Monte Grande, no sabian determinar lo que habian de hacer.
4.ª Que independientemente, mientras no se le completara la renta dicha, se le darían cada año 2.000 escudos de ayuda de costa en avisos de gracias que él tendría cuidado de buscar. 5.ª Que para habilitarse por de pronto en la situación de Consejero con que le honraba S. M., se le dieran en el acto 2.000 escudos.
Avisos de Pellicer. 7 de Febrero 1640. «El Rey nuestro Señor con toda su casa y la Señora Princesa de Cariñan está desde el dia de San Blas en el Buen-Retiro, donde ha de detenerse hasta la Quaresma.
El Diario de Avisos, que en estupidez iguala a la Gaceta y le supera en garrulería, ha sido para mí de grande utilidad, por los infinitos datos de la vida ordinaria que atesora.... ¿dónde creeréis? en sus anuncios.
No digo en los partidarios de Rosas: en los mazorqueros mismos hay, bajo las exterioridades del crimen, virtudes que un día deberían premiarse. Millares de vidas han sido salvadas por los avisos que los mazorqueros daban secretamente a las víctimas que la orden recibida les mandaba inmolar.
Estupiñá abría todas las mañanas, barría y regaba la acera, se ponía los manguitos verdes y se sentaba detrás del mostrador a leer el Diario de Avisos.
Lo mismo funcionaba en la cocina que en el escritorio, y acabadita de poner la enorme sartén de migas para la cena o el calderón de patatas, pasaba a la tienda a que su marido la enterase de las facturas que acababa de recibir o de los avisos de letras. Cuidaba principalmente de que sus niñas no estuviesen ociosas.
Palabra del Dia
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