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Actualizado: 14 de julio de 2025


Usted es joven... y de los del día; yo soy un pobre pajarillo de Dios... ¡Ave María Purísima! ¡Mi Cristo y mis libros bajo el mismo techo que los demonios más grandes que se conocen!... Maltrana creyó inútil seguir hablando. El hermano estaba resuelto a separarse, y Maltrana no quiso rogar, ni que el devoto conociese el grave daño que le infería con esta inesperada resolución.

Deja a la luna verme con luz tranquila y suave, deja que el alba envíe su resplandor fugaz, deja gemir al viento con su murmullo grave; y si desciende y posa sobre mi cruz un ave, deja que el ave entone su cántico de paz.

¿Le gusta a usted el teatro? Eso , sobre todo los dramas en que hay cosas que la hacen llorar a una. ¡Ave María Purísima!... Esas obras en que sale aquello de «¡hijo mío!... ¡padre mío!...». Esas, y otras en que hay pasos de mucha aflicción, y sacan las espadas, y se desmaya una actriz porque le quitan el hijo.

Hará él por huir de su mano. 23 Batirán sus manos sobre él, y desde su lugar le silbarán. 2 El hierro es tomado del polvo, y de la piedra es fundido el metal. 4 Sale el río junto al morador, y las aguas sin pie, más altas que el hombre, se fueron. 5 Tierra de la cual nace el pan, y debajo de ella estará como convertida en fuego. 7 Senda que nunca la conoció ave, ni ojo de buitre la vio;

Es como el ave Fenix muy graciosa, Que pintan los autores y su nido, Compuesto es de especiosa y olorosa Madera, que en mis manos la he tenido; La Sirena tambien bella, y hermosa Como una bella dama, ha parecido En medio esta laguna, y aun gemiendo, Y sus doradas crines esparciendo.

Nadie conocía su fatal propósito, y no obstante, todos temieron que Amaury fuese quizás a dirigir al mundo su último saludo como los antiguos gladiadores romanos saludaban al César con las famosas palabras: «¡Ave, César! ¡morituri te salutant

Bostezaba en la oficina, cobraba su sueldo, esperaba con ansia la hora y la calle. Amados hermanos míos, tiempo es ya de que digamos con el ángel. ¡Ave, María!

Celinina tuvo por breve rato un alivio tan patente, que todos concibieron esperanzas, y lleno de alegría, dijo el padre: «Voy al punto á buscar esoPero como cae rápidamente un ave herida al remontar el vuelo á lo más alto, así cayó Celinina en las honduras de una fiebre muy intensa.

Diciendo lo cual, cogió de la red manta, saco y lío de paraguas; pero Lucía con su juvenil vigor y sus hábitos de hija del pueblo arrebatole de la mano lo más pesado, el saco, y brincando, ligera como un ave, al suelo, dio a correr hacia la fonda.

¿A ? murmuró Josefina entre dientes y con agresivo silbido de vocales . No me pregunte usted, Borrén.... Esas mujeres ordinarias me parecen todas iguales, cortadas por el mismo patrón. Morena... muy basta. ¡Ave María, Josefina! dijo escandalizada Lola Sobrado . No tuviste tiempo de verla: es hermosa y reúne mucha gracia. Fíjate otra vez en ella... si vuelve a pasar, te daré al codo.

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