Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 10 de junio de 2025
De eso se trata; de hacerle hueco. Ya he tanteado el terreno. Esta mañana estuvo Juan Pablo a verme y le eché una chinita. Has de saber que anteayer me encontré a doña Lupe en la calle y le arrojé otra chinita. ¿Ellos saben...? preguntó la señora de Rubín con los labios muy secos. ¿Esto?... Creo que no. Quizás lo sospechen; pero oficialmente no saben nada.
Déjenme; si no, por Dios que lo arroje y lo eche todo a trece, aunque no se venda. Ya en esto, se había sentado en el túmulo Altisidora, y al mismo instante sonaron las chirimías, a quien acompañaron las flautas y las voces de todos, que aclamaban: ¡Viva Altisidora! ¡Altisidora viva!
662 Lo cruza éste de un lazazo lo abomba aquél de un moquete, otro le busca el cachete, y, entre tanto soportar, suele a veces no encontrar ni quien le arroje un zoquete. 663 Si lo recogen, lo tratan con la mayor rigidez; piensan que es mucho tal vez, cuando ya muestra el pellejo, si le dan un trapo viejo pa cubrir su desnudez.
JIMENA. ¿Mas por qué por el de Luna tanto empeño manifiesta? LEONOR. Esa soberbia ambición que le ciega y le devora es ¡triste! mi perdición. ¡Y quiere que al que me adora arroje del corazón! Yo al Conde no puedo amar, le detesto con el alma; él vino ¡ay Dios! a turbar de mi corazón la calma y mi dicha a emponzoñar. ¿Por qué perseguirme así? Desde anoche le aborrezco más y más.
Cuando te arroje en sus brazos tendrá que reconocer que no soy un ingrato ni un indiferente, su altivez se humanizará y la volveré á ver como en otro tiempo, sonriente y afectuosa. Jacobo se puso grave y dijo con lentitud, como si pesase las palabras: Hace veinticuatro horas, Cristián, estoy reflexionando sobre todo lo que me has revelado.
Me arrojé en sus brazos llorando con todas mis fuerzas, y preguntándole por qué la habían encerrado allí y por qué la trataban de aquel modo.
Tu mano, que abrió las entrañas del suelo y halló un gran tesoro, arroje las llaves extrañas que cierran tus puertas al lloro. Preparen tus manos la mesa, el plato de arroz y hasta el vino. ¡La sombra en la luz hace presa y es largo y tortuoso el camino! Que sea, en la vida, tu techo la fuente que lave los males, que cierre las llagas del pecho que borre las penas mortales.
Yo me arrojé a sus pies haciéndole una súplica abyecta, mas sólo ví delante de mí, bajo la luz mortecina de un reverbero de gas, la forma escuálida de un perro hambriento hociqueando en el lodo. Nunca he vuelto a encontrar a tal individuo. Y ahora, el mundo me parece un inmenso montón de ruinas donde mi alma solitaria, como un desterrado que vaga por entre columnas caídas, gime continuamente.
¡Jesús!... ¿Qué ha sido eso? ¿Quién se ha caído al agua? ¡Hija mía de mi alma! ¡Marta!... ¡Marta!... ¡Dejadme..., dejadme salvar a mi hija! Ya está salvada, don Mariano; no hay necesidad de que usted se arroje al agua.
Me puse a componerle unos versos, unas quintillas; mas a la segunda tropecé con un consonante difícil, labios; resabios no pegaba, ni menos los otros poquísimos que hay. Así que un poco irritado rasgué el papel y lo arrojé por la ventanilla. La locomotora corría por los campos de la provincia de Córdoba.
Palabra del Dia
Otros Mirando