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Actualizado: 11 de junio de 2025
Erit altera quæ vehat Argo Delectes heroas: erunt etiam altera bella. Para introducción hay también más que de sobra en la divagación precedente. Yo la hallo, no obstante, tan ajustada a la verdad y tan candorosa, que no me decido a suprimirla.
Y ahora, desde su asiento, saludaba al diestro, llamándole Juaniyo, tratándole de tú, pavoneándose satisfecho cuando el novillero, atraído por tantos gritos, acabó por fijarse en él, contestándole con un movimiento de su estoque. Es mi cuñao decía el talabartero, para que le admirasen los que estaban junto a él . Siempre he creío que este chico sería argo en er toreo.
Permanecieron detenidos mucho tiempo para dejar pasar al largo cortejo. ¡Mala pata! murmuró Gallardo con voz temblona de cólera . ¿A quién se le ocurre traer un entierro por el camino de la plaza?... ¡Mardita sea! ¡Cuando digo que hoy pasa argo! El Nacional sonrió, encogiéndose de hombros. Superstisiones y fanatismos... Dios u la Naturaleza no se ocupan de esas cosas.
Y aemás, no es una panoli de las que vistas una vez ya está visto too. Con ella siempre quea argo que desear, argo que se espera y no yega... En fin, Sebastián, no pueo explicarme bien... Pero tú no sabes lo que es una señora; así es que no me prediques y sierra el pico. Gallardo ya no recibía cartas de Sevilla. Doña Sol estaba en el extranjero. La vio una vez, al torear en San Sebastián.
Pero como si en medio de su orgullo surgiese el recuerdo de las pasadas debilidades y creyera ver en los ojos del Nacional una expresión irónica, añadió: Son cosas que me dan antes de ir a la plaza... Argo así como los vapores de las mujeres. Pero tú llevas razón, Sebastián. ¿Cómo dices?... Dios u la Naturaleza, eso es: Dios u la Naturaleza no tieen por qué meterse en estas cosas del toreo.
Una manotada de Potaje le interrumpió. Compare, ya había yo camelao denque te vi que eres rata de iglesia o argo paresío. El Nacional callaba, sin atreverse a estas confianzas, pero sonreía levemente. ¡Un sacristán convertido en bandido! ¡Qué cosas diría don Joselito cuando él le contase eso!... Me casé con la mía, y tuvimos el primer chiquiyo.
Se lo juro por mi pare, se lo juro... por mis ideas. Y apoyaba sin miedo su juramento en el testimonio sacrosanto de sus ideas, pues en realidad no había visto nada, y no viéndolo, creía él lógicamente, con el orgullo de su perspicacia y sabiduría, que nada malo podía haber ocurrido. Yo me figuro que no son mas que amigos... Ahora, si ha habío argo endenantes, no sé.
Siguieron pasando días sin que nada interrumpiese la monotonía de aquella larga navegación. La Providencia, el destino, los genios o los númenes que gobiernan el viento y las olas, o la misma estrella de Morsamor, según cada uno quisiera explicárselo, dispusieron las cosas de manera que la nueva Argo no halló en su camino tierra alguna donde pararse.
Gachí decía el marido , a ver si hoy traes argo pa jamar. Mira que estoy jarto de tanta jambre. Los pequeños se agitaban en torno de ellas, acompañándolas cuesta arriba hasta el puente de Toledo. A ver si podían apandar, como otras veces, los chulés de algún payo. Mare gritaban los pequeños al quedarse junto al puente , que traiga usté callardó, mucho callardó.
En seguida dio Morsamor sus instrucciones a los jefes y ordenó que ocupase su puesto cada uno. La nueva Argo siguió huyendo, pero con muestras de desesperación y de miedo, sin desplegar más velas, como si pareciese resignada ya a entregarse al enemigo. El corsario, impaciente, lanzó, no obstante, tres disparos de falconete para que la nueva Argo se rindiera.
Palabra del Dia
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